Los Neandertales tenían la capacidad de producir y controlar el fuego mucho antes que los Homo sapiens, sugiere un polémico estudio.
Piedras, tierra y madera fueron herramientas suficientes para que los Neandertales aprendieran a controlar el fuego. De acuerdo con un estudio reciente publicado por la Universidad de Leiden, en los Países Bajos, a estos homínidos les tomó menos tiempo que a los mismos Homo sapiens aprender a usar el calor para cocinar y mantenerse cálidos en sus resguardos.
De acuerdo con Andrew Sorensen, arqueólogo de la institución, el fuego fue un elemento clave para que los Neandertales y otros homínidos evolucionaran. Así lo demuestran los restos de actividades que aquellos seres humanos primigenios dejaron en una cueva en Sudáfrica. Conocida como Wonderwerk Cave, está datada con más de un millón de años de antigüedad, según reporta la BBC. Esto fue lo que encontraron.
La diferencia entre crear fuego y usarlo
Uno de los puntos de partida de los científicos de Leiden fue el siguiente: hay una distinción fundamental entre simplemente crear fuego y emplearlo para actividades cotidianas. Se tiene registro que otros homínidos —no sólo los Neandertales o los Homo sapiens— ya sabían cómo generar chispazos de calor.
Sin embargo, parece ser que sólo los Neandertales y los Homo sapiens aprendieron a controlarlo, hace aproximadamente 1.6 millones de años. Aunque la captura del fuego de catástrofes naturales —como incendios forestales, por ejemplo— ya se tenía dominada incluso milenios antes, el salto para controlar este elemento fue decisivo para que ciertos homínidos tomaran un camino evolutivo diferente.
Esta condición ha llevado a los científicos a pensar que aprender a emplear el fuego como una herramienta de trabajo y seguridad es una característica definitoria de nuestra especie. El lenguaje y la cultura ya se han visto en otros animales, como las orcas o las belugas. Sin embargo, ningún otro animal ha desarrollado transporte, calefacción o cocina con base en las llamas.
«El fuego es fundamental para la condición humana», explica Sorensen en el estudio, «hoy en día, todo el mundo usa fuego, simplemente no lo vemos con tanta frecuencia porque nos escondemos en fábricas y motores de combustión interna, pero todo lo que tenemos a nuestro alrededor se basa en el fuego en el nivel más básico”.
A partir de análisis genéticos de varios homínidos, los científicos de los Países Bajos concluyeron que no hay duda de que los Neandertales emplearon el fuego recurrentemente. Sin embargo, todavía existe un vacío en sobre si necesitaban de este elemento para sobrevivir. Esto fue lo que encontraron.
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Una cuestión de supervivencia
Aunque existe la posibilidad de que los Neandertales hayan usado el fuego mucho antes que los Homo sapiens, el equipo de Leiden se cuestiona si lo necesitaban para sobrevivir en su entorno. Al respecto, el arqueólogo canadiense Francesco Berna ha encontrado evidencia clara de este comportamiento en sitios que ha analizado en Sudáfrica e Israel:
«En algunos yacimientos neandertales encuentras hogares que tienen cantidades absolutamente enormes de cenizas, lo que implica que tenían que mantener un fuego encendido constantemente porque no sabían cómo encenderlo de nuevo si se apagaba”, explica el especialista de la Universidad Simon Fraser.
De acuerdo con la información genética recopilada en estos espacios, parece ser que los Neandertales eran mucho más resistentes al frío que los Homo sapiens. Esto lleva al equipo de científicos a pensar que, tal vez, estos homínidos no requerían de controlar el elemento para sobrevivir.
Esto no quiere decir, sin embargo, que no supieran cómo usarlo, o que no lo emplearan en sus actividades cotidianas. Por el contrario, según la investigación publicada en PNAS, estos homínidos tenían herramientas especiales de madera para generar y controlar el fuego.
Otros científicos son escépticos a esta teoría. Contrariamente a lo que se sugiere en Leiden, piensan que los Neandertales no tenían las herramientas cognitivas para crear fuego o controlarlo —mucho menos emplearlo para sus propios beneficios, según explican para Current Anthropology. Por esta razón, el debate sigue abierto con respecto a si estos homínidos tenían la capacidad consciente de generar calor para protegerse, comer y mantenerse calientes.
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