Los mitos sobre el cáncer de mama generan confusión y desinformación. Derribarlos permite una comprensión clara y adecuada de la enfermedad y sus riesgos.
El cáncer de mama ha dejado una profunda huella al convertirse en la forma de cáncer más diagnosticada en el mundo. Representa cerca del 12% de todos los casos y es la principal causa de muerte por cáncer entre mujeres. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2020, la magnitud de esta enfermedad se hizo evidente con 2,3 millones de diagnósticos y 685,000 fallecimientos, cifras que subrayan su devastador impacto global.
“Si no se controlan las tendencias actuales, se prevé que la carga del cáncer de mama aumente a 2,74 millones de nuevos casos y 857,000 muertes anuales en 2030, y a 3,19 millones de casos y 1,04 millones de muertes en 2040”, explica la OMS en la Iniciativa Mundial contra el Cáncer de Mama.
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Los mitos sobre el cáncer de mama
El cáncer de mama ocurre cuando células malignas (cancerosas) se forman en los tejidos de la mama. Aunque es uno de los más diagnosticados, el cáncer de mama sigue rodeado de mitos que pueden dificultar el diagnóstico o retrasar su detección. Aquí cinco de ellos, según la National Breast Cancer Foundation.
Desodorantes y antitranspirantes son detonadores
La Sociedad Estadounidense del Cáncer afirma que no existe evidencia concluyente que relacione el uso de antitranspirantes o desodorantes con el cáncer de mama. “No hay estudios epidemiológicos sólidos que vinculen el riesgo de cáncer de mama con el uso de antitranspirantes, y la evidencia científica que respalda esta afirmación es muy limitada”, señala en su sitio.
Mujeres de senos grandes son más propensas
El tamaño de los senos no influye en el riesgo de padecer cáncer de mama, aunque los senos más grandes pueden ser más difíciles de examinar. Sin embargo, la densidad mamaria (cantidad de tejido fibroso y glandular ) sí aumenta el riesgo de esta enfermedad, según la American Cancer Society. Además, los antecedentes familiares y factores relacionados con el estilo de vida también juegan un papel importante en las probabilidades de desarrollar esta enfermedad.
Sujetadores con varillas son un factor de riesgo
El tipo de sujetador que usan las personas no provoca cáncer de mama. Uno de los mitos que tomó fuerza hace algunos años, señalaba que la presencia de aros o varillas restringían el flujo linfático, lo que supuestamente aumentaba el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Sin embargo, no existe evidencia que respalde esta información. Tampoco hay pruebas que indiquen que no usar sujetador reduce el riesgo de desarrollar cáncer de mama.
Solo afecta a las mujeres mayores
El cáncer de mama puede diagnosticarse en cualquier momento y a cualquier edad. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, alrededor del 9% de los nuevos casos se detectan en mujeres menores de 45 años, y es probable que cuando esto suceda la enfermedad esté en una etapa avanzada. El riesgo de desarrollar esta enfermedad aumenta con la edad y conocer los signos tempranos y mantener las mamografías es esencial para la detección.
Los teléfonos celulares puede provocarlo
Llevar el teléfono móvil en el sujetador puede resultar incómodo, pero no causa cáncer de mama, aclara la National Breast Cancer Foundation. Estudios han demostrado que no hay una relación entre las señales de los teléfonos y esta enfermedad, aunque se sigue investigando los efectos a largo plazo. Asimismo, la frecuencia de cánceres cerebrales y del sistema nervioso se ha mantenido estable, a pesar del aumento en el uso de teléfonos.
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¿Los hombres no padecen cáncer de mama?
Aunque el cáncer de mama se diagnostica con mayor frecuencia en mujeres, los hombres también pueden padecer esta enfermedad. Aproximadamente 1 de cada 100 casos diagnosticados corresponden a varones. En contraste, los tipos de cáncer más comunes en hombres son el de próstata (8,6%), pulmón (11,7%), colorrectal (10,2%) y vejiga (5,9%).
Los hombres generalmente detectan un bulto duro debajo del pezón y la areola. La tasa de mortalidad de ellos es 19% más alta que las mujeres, principalmente porque suelen estar menos conscientes sobre los riesgos y es menos probable que asuman que un bulto puede ser cáncer, lo que demora el diagnóstico.
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