Una nave permitirá la medición del gas de efecto invernadero, y favorecerá la previsión sobre el cambio climático.
Un nuevo proyecto de la NASA reducirá la incertidumbre en las previsiones de la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera, y mejorará los pronósticos sobre el cambio climático.
La agencia anunció que la nueva nave encargada de las emisiones de dióxido de carbono está en la base aérea Vandenberg, California, donde se alista su lanzamiento el 1 de julio.
«OCO-2 proporcionará una nueva herramienta para entender tanto las fuentes de las emisiones de dióxido de carbono y los procesos naturales que lo eliminan de la atmósfera, y la forma en como están cambiando con el tiempo», dijo la agencia.
Desde el comienzo de la Revolución Industrial hace más de 200 años, la quema de combustibles fósiles, así como otras actividades humanas, han dado lugar a una acumulación sin precedentes en este gas de efecto invernadero, que se encuentra en su nivel más alto en al menos 800,000 años.
Las actividades humanas han aumentado el nivel de bióxido de carbono en más de 25% en tan solo el último medio siglo, advierte la NASA.
Los gases de invernadero, como el dióxido de carbono, atrapan el calor del sol dentro de la atmósfera de la Tierra. Sin embargo, los científicos han concluido que el aumento de dióxido de carbono resultante de las actividades humanas ha sacado de equilibrio al ciclo natural del carbono en la Tierra elevando la temperatura del planeta y modificando el cambio climático.
Cuantificación posible
Si bien los científicos comprenden las emisiones de dióxido de carbono que resultan de la quema de combustibles fósiles, y pueden calcularlas con precisión, su entendimiento del dióxido de carbono de otras fuentes producidas por el hombre y naturales es relativamente menos cuantificado.
Las mediciones logradas muestran que menos de la mitad del dióxido de carbono que los seres humanos emiten a la atmósfera, se queda ahí. Se cree que el resto es absorbido por el océano y las plantas. Pero la ubicación e identidad de los sumideros naturales que absorben el dióxido de carbono presente en la actualidad no se conocen bien, y OCO-2 ayudará a resolver el rompecabezas, según la NASA.
La cuatificación de cómo los procesos naturales favorecen la eliminación del carbono de la atmósfera, ayudará a los científicos a construir mejores modelos para predecir la cantidad de dióxido de carbono que estos sumideros pueden absorber en el futuro.
Los datos de la misión ayudarán a los científicos a reducir la incertidumbre en las previsiones de la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera, y a mejorar la exactitud en las predicciones del cambio climático global.
(Imagen cortesía de la NASA)
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