Más allá de mantener los ojos húmedos y protegidos, la historia evolutiva de los vertebrados explica por qué parpadeamos realmente. Esto es lo que sabemos.
¿Por qué parpadeamos? Así como respirar, el acto de parpadear es algo que hacemos casi inconscientemente y, además, representa uno de los reflejos más importantes de múltiples organismos. Una respuesta bien conocida a la pregunta señala que esta acción se lleva a cabo con el fin de mantener los ojos húmedos, limpios y protegidos contra los diferentes contaminantes del aire. Sin embargo, la ciencia ha ido más allá.
En primer lugar, hay que aclarar que el parpadeo es un reflejo que comparten casi todos los vertebrados terrestres con extremidades (o tetrápodos). A su vez, la mayoría de los animales acuáticos, antepasados de los primeros, no realizan esta acción. En el caso de nuestra especie, nosotros parpadeamos de 15 a 20 veces por minuto.
Recientemente, un grupo de biólogos evolutivos se dio a la tarea de desentrañar algunas incógnitas propias de la evolución que aún quedaban sobre la pregunta de por qué parpadeamos. La investigación suponía todo un reto, ya que ojos, músculos y otras partes blandas no suelen sobrevivir en los registros fósiles.
Entonces, para desarrollar su trabajo y entender la historia evolutiva del parpadeo, los especialistas, que han hecho la publicación de sus resultados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, recurrieron al análisis de los saltadores de fango. Estos son un grupo de anfibios que viven en las marismas de África y Asia y que desarrollaron el parpadeo independientemente de los tetrápodos.
Te puede interesar:Descubren que los tiburones duermen con los ojos abiertos
¿Por qué parpadeamos?
En esencia, el nuevo estudio revela que los peces que no parpadean y los saltadores de fango siempre han tenido los músculos necesarios para efectuar el reflejo. Ello significaría que el paso de nuestros antepasados tetrápodos a la tierra y la necesidad de ver bien en esas condiciones habrían sido las causas de la evolución del parpadeo.
Entre los autores principales de este trabajo están Tom Stewart, de la Universidad Estatal de Pensilvania, Brett Aiello, de la Universidad de Seton Hill y Neil Shubin, de la Universidad de Chicago. Lo que los expertos hicieron fue tomar dos especies de saltadores de fango, Periophthalmus barbarus y P. septemradiatus, y realizar diferentes grabaciones de sus comportamientos oculares.
La cámara demostró que ambas especies eran mayormente propensas al parpadeo en aire más seco. Por otra parte, cuando los científicos utilizaron una pequeña sonda para tocar el ojo, descubrieron que los saltadores de fango parpadeaban por reflejo, así como los tetrápodos. Con todo esto se da evidencia de que el reflejo en cuestión cumple la misma función en los peces del fango que en los seres humanos.
«Esto demuestra que se pueden tener comportamientos totalmente terrestres con sólo una retracción y un simple pliegue de piel alrededor del ojo. No es necesario tener algo tan elaborado o complicado estructuralmente como nuestros propios ojos«, explica Aiello.
Te puede interesar: Descubren que los ojos azules proceden de un único ancestro
Un camino por recorrer
Los autores de la investigación coinciden en que estos hallazgos no deben ser tomados como el punto final de la evolución del parpadeo. De acuerdo con Stewart, el que este reflejo se haya desarrollado de una forma en los saltadores de fango no supone que la historia sea idéntica para los tetrápodos. Pero – eso sí -, los descubrimientos brindan un nuevo punto de partida para investigaciones ulteriores en la misma línea.
Sigue leyendo:
¿Cuántos ojos tienen las arañas?
Así se ve el mundo a través de los ojos de las abejas
¿Cuáles son los ojos más grandes del reino animal?
Lagarto cornudo, la curiosa especie que lanza sangre por los ojos para defenderse
Además de los brazos, ¿por qué el T-Rex tenía los ojos tan pequeños?