El fuego de San Telmo recibe su nombre en honor al santo de los marineros, quienes desde la antigüedad contaban haberlo visto.
El paso del huracán Idalia por las costas de Florida, Estados Unidos, viene empoderado por vientos de más de 200 kilómetros por hora. Hasta el momento, el ciclón tropical, que ya avanza hacia Carolina del Sur, ha dejado tras de sí inundaciones y árboles caídos. Pero, también, hizo que la atención se dirigiera a un llamativo fenómeno atmosférico conocido como el “fuego de San Telmo”.
Como parte de una de las operaciones de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, para atender y monitorear los daños del huracán Idalia, dos pilotos que sobrevolaban las zonas afectadas tuvieron la oportunidad de registrar en video un fenómeno en el cielo. En él, se aprecian unos rayos color purpura que corresponden a una manifestación del fuego de San Telmo.
¿Qué es el fuego de San Telmo?
En su paso por el continente americano, Cristóbal Colón y Charles Darwin fueron testigos del fuego de San Telmo en el cielo nocturno. Para ambos, el fenómeno que vieron podía ser interpretado como simples relámpagos, aunque hoy se sabe que es otra cosa.
De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial, el fuego de San Telmo es un fenómeno que consiste en una descarga eléctrica, más o menos continua y de intensidad ligera o moderada, que se produce en la atmósfera. A su vez, este se origina de objetos elevados situados en la superficie de la Tierra.
“Cuando un objeto afilado (como el mástil de un barco) entra en contacto con un campo eléctrico extraordinariamente alto y un gran número de electrones, estos pueden brillar en varios colores, como un letrero de neón, dando lugar a este raro fenómeno”, apunta, por su parte, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés)
Una historia de marineros
La historia del fuego de San Telmo está íntimamente ligada a la de los marineros. Ellos, desde la antigüedad, llegaron a contemplar el fenómeno del cielo durante las noches en altamar. De hecho, el evento atmosférico tiene un nombre que deriva San Erasmo de Formia, uno de los dos santos de estos seres humanos dedicados al mar.
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La majestuosidad propia del fuego de San Telmo no tardó en verse significada por los marineros, quienes determinaron que esta era una señal de la protección de su santo a la embarcación.
Hoy se sabe que el fuego de San Telmo puede ser una advertencia de fuertes tormentas que, a su tiempo, generarían relámpagos reales. Incluso, aunque el fenómeno en sí mismo no supone gran peligro, aquello que antecede sí resultaría una amenaza. Por ello, la NOAA sugiere a los marineros buscar algún refugio cuando este evento se presente.
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