La creencia de que sabemos más de la Luna que del mar es completamente errónea y no tiene sustento científico sólido.
Una imprecisión se empezó a divulgar como verdad científica a comienzos del siglo XXI. A partir del documental The Blue Planet (2001), diversos comunicadores científicos y medios dedicadlas a la divulgación empezaron a decir que la humanidad conoce más sobre la Luna y el espacio que del mar.
Esta supuesta distancia de conocimiento generó revuelo a nivel mediático: ¿cómo es posible que conozcamos más del espacio exterior que de nuestros propios océanos? Y lo que es peor: en 2017, casi dos décadas después de la publicación del primer documental, se sacó una segunda parte que aseguraba que hay más investigación sobre Marte que de los mares. Nada de esto es, ni cercanamente, cierto.
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¿Qué porcentaje del mar se ha descubierto?
La ciencia existe para generar preguntas, no para establecer verdades absolutas. Por ello, aseveraciones absolutistas como «sabemos más de la Luna que del mar» puede rayar en ser tendencioso, y desestima los siglos de amplísima investigación científica seria que se ha hecho sobre los océanos.
Actualmente, sabemos que dos tercios de la Tierra están recubiertos por agua. De los suelos marinos, de acuerdo con Science Alert, se han rapeado digitalmente más del 23 % con alta resolución. En extensión, esto corresponde a unos 120 millones de kilómetros cuadrados —mucho más que la superficie total de la superficie lunar. Quizá de esta cifra se saltó a una comparación desmedida.
Aún con todos los esfuerzos científicos que se han hecho por documentar y registrar aquello que existe en el mar, en la actualidad, sólo se ha cartografiado el 5 % de los océanos. Visto de otra manera, según el Sistema de Información de Biodiversidad del Océano (OBIS, por sus siglas en inglés), el 95 % de los océanos siguen inexporados.
En consecuencia, la superficie de océanos que se ampara a nivel mundial como Área Marítima Protegida es sólo del 3.6 %, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UIC). Algunas mediciones son más optimistas, y aseguran que el 7 % del mar está respaldada por algún tipo de regulación. A fin de cuentas, no se puede salvaguardar lo que permanece sin conocerse.
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¿Conocemos más del espacio que de nuestros océanos?
Es prácticamente imposible cuantificar qué porcentaje de conocimiento se tiene de los océanos en comparación al espacio exterior. En principio, porque ni siquiera es comparable: nuestro planeta es apenas una partícula de polvo en el torrente cósmico que existe en el Universo, parafraseando al divulgador Carl Sagan.
Y lo que es más: lo que la tecnología nos permite ver del cosmos es información ínfima, en contraste a cómo el Universo se expande todos los días.
La investigadora en ciencias ecológicas Prema Arasu es acertada al escribir que «parece natural comparar al espacio exterior con el mar«. De acuerdo con su artículo en The Conversation, «Ambos son oscuros, aterradores y están muy lejos.» Quizá, en ocasiones la Luna nos resulte más familiar, porque la vemos en el cielo nocturno varias noches al mes.
En contraste, las profundidades del mar nos parecen inaccesibles. Más aún porque en los medios y las películas se le representa como un lugar aterrador, inhóspito, plagado de bestias peligrosas para la vida humana —como si el espacio exterior fuese, realmente, un lugar amigable con nuestra especie.
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