Más de 20 años después de haber sido revelados, los restos de un homínido son reconstruidos y muestran el rostro de una antigua especie.
En 2002 las obras llevadas a cabo en Pierola, una pequeña población de Cataluña, España, revelaron los restos de un primate completamente desconocido hasta ese momento. La especie recibió el nombre científico de Pierolapithecus catalaunicus y se convirtió en uno de los primeros parientes registrados del ser humano. Ahora, poco más de 20 años después de aquel descubrimiento, el trabajo de un grupo de científicos nos muestra cómo era el rostro de este homínido del Mioceno.
Los responsables de recrear la fisonomía de Pau, como también se le llamó, son un grupo de investigadores del American Museum of Natural History (AMNH) y el Institut Català de Paleontología Miquel Crusafont (ICP). Ellos recurrieron a una técnica de modelado 3D para reconstruir el rostro del espécimen.
Reconstruyendo el pasado
Más allá de lograr conocer cómo era este ancestro, el trabjo sirvió para revelar otros detalles de Pau. Por ejemplo, los científicos concluyeron que se trata de un homínido basal, lo que es una especie precedente a los simios antropomorfos. Entre otras cosas, el Pierolapithecus catalaunicus figura como una pieza clave para comprender la evolución de los simios erguidos.
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Otro punto importante es que, según los investigadores, Pau podía trepar verticalmente los árboles y, además, habría tenido la capacidad de desplazarse de forma cuadrúpeda sobre las ramas.
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El estudio correspondiente al trabajo fue dado a conocer en una publicación hecha en Science. En suma, logros de esta clase resultan fundamentales para ampliar el conocimiento entorno al origen y evolución de los seres humanos.
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