A medida que envejecemos, el sistema inmunológico experimenta cambios significativos que afectan su eficacia. La disminución en la producción de células inmunes y la alteración en la respuesta inflamatoria pueden dejar al cuerpo más vulnerable a enfermedades y trastornos. Científicos buscan “hackear” este sistema para retrasar el envejecimiento y abordar los desafíos de salud que llegan con los años.
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Carolina Florian, investigadora de células madre, se sorprendió al ver que sus ratones de laboratorio envejecidos parecían rejuvenecer. Después de un breve tratamiento con un fármaco para corregir la organización de las proteínas en las células madre, los roedores mostraron mayor vitalidad y mejor aspecto. Al replicar el experimento en otros laboratorios, confirmaron sus hallazgos.
La revista Nature señala que en dos artículos publicados en 2020 y 2022, su equipo detalló cómo este enfoque prolonga la vida de los ratones y los mantiene saludables en su vejez.
El sistema inmunológico humano es una compleja red de componentes celulares y moleculares que trabajan en conjunto para diversas funciones vitales, desde proteger contra infecciones hasta ayudar en la curación de heridas y combatir células cancerosas. Sin embargo, este se debilita con la edad, volviendo a las personas más susceptibles a enfermedades y menos receptivas a las vacunas. El envejecimiento de este sistema de defensa es un factor importante en el deterioro de la salud con la edad.
El objetivo principal del tratamiento de Florian es el sistema inmunológico. Se centra en las células madre hematopoyéticas (HS), responsables de generar todas las células inmunitarias del cuerpo. Además, estas células, al circular por la sangre, influyen en el funcionamiento de todos los órganos y sistemas del cuerpo humano.
El equilibrio molecular de las células HS cambia con la edad, lo que afecta la producción de células inmunitarias. Florian y su equipo observaron que corregir estas variaciones asociadas con el envejecimiento no solo mejoraba el funcionamiento del sistema inmunológico, sino que también beneficiaba al resto del cuerpo.
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Otros estudios respaldan la idea de que rejuvenecer el sistema inmunológico podría tener efectos positivos en la salud general. Además, mejorar las respuestas a las vacunas y potenciar las terapias contra el cáncer son solo algunos de los posibles beneficios. Sin embargo, trasladar estos hallazgos a la práctica clínica plantea desafíos adicionales debido a la complejidad y los riesgos asociados con su manipulación.
En última instancia, corregir las características del envejecimiento podría representar un avance significativo en la prevención y el tratamiento de enfermedades relacionadas con la edad.
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