La representación de Jesucristo, pintada en el ábside de una iglesia bizantina, data aproximadamente de hace 1,500 años. La iglesia está localizada en Shivta, en el desierto del Néguev, al sur de Israel.
El paso del tiempo ha hecho que la imagen no se haya conservado como es debido. No obstante, un grupo de expertos ha tratado de reconstruir los trazos. El resultado final es un Cristo que nada tiene que ver con el que actualmente conocíamos.
La investigadora Emma Maayan-Fanar asegura que representa la cara de Jesús.
Además, también está el rostro de Juan Bautista situado a su izquierda. Se cree que ambas figuras formaban parte de una escena más amplia situada sobre la pila bautismal.
Según la investigadora, la pintura fue mencionada por académicos de la École Biblique en la década de 1920. Sin embargo, permaneció indocumentada debido a su ubicación. Ya que, está a una gran altura por encima del ábside, así como a su delicado estado de conservación.
Esta podría ser una de las imágenes más antiguas jamás descubierta de Jesús, declaró la Universidad de Haifa, Israel.
La investigadora explico a National Geographic España que la imagen fue encontrada en el baptisterio, encima de una pila bautismal y un crucifijo. Por lo que, se deduce que podría tratarse de una escena del bautismo de Jesús.
“Además, el rostro es el de un joven y junto a él hay indicios de otra figura mucho más grande. Conociendo la iconografía cristiana y bizantina primitivas podríamos estar seguros de su identificación”, asegura.
«La diferencia entre el momento en el que fue pintada y la época en la que Cristo estaba vivo hace que haya que ser todavía muy cautelosos» alerta el portal Science Alert.
Jesucristo en esta representación sale con el pelo corto.
La imagen de Jesucristo en pinturas posteriores aparece con pelo largo y barba. Sin embargo, la representación en esta iglesia en Shitva aparece con el pelo corto. «Durante el cristianimo primitivo y el período bizantino temprano hubo varias representaciones de Cristo, con pelo largo y corto».
«La representación «clásica» de Cristo, que hoy en día nos resulta familiar, se desarrolló a partir de la imagen con el pelo largo. Sin embargo, en Oriente Medio existen representaciones de ambos tipos», sostiene Maayan-Fanar.
Se trata de una de las pocas pinturas murales de la época bizantina que han sobrevivido en Tierra Santa hasta la fecha. Por lo que, su estudio es fundamental para conocer mejor la iconografía, el trabajo artístico y la cultural de aquella región.
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