¿Cómo surgió la idea de construir el buque más poderoso del siglo XVI?
A mediados del siglo XVI, el rey sueco Erik XIV, perteneciente a la dinastía Vasa, se encontraba disputando la guerra de los Siete Años, que enfrentaba contra la coalición formada por Dinamarca y la ciudad-estado alemana de Lübeck.
Estas tres potencias se disputaban el control de las rutas comerciales del Mar Báltico después de la entrada en decadencia de la Liga Hanseática. Esta era la federación de ciudades que había dominado el comercio de la región en la Edad Media.
Ante este desafío, Erik XIV había ordenado construir el que debía ser el buque más poderoso del siglo XVI: «el Mars».
Dedicado a Marte, el dios romano de la guerra, era el mayor y más moderno buque de guerra de su época, con cerca de ochenta metros de eslora. «Este era tres metros más largo que la catedral de Lübeck». Esto lo escribió impresionado un contemporáneo de aquella época.
El buque más poderoso del siglo XVI, era de Suecia, y pesaba1,800 toneladas y contaba con 120 cañones. Estos estaban distribuidos en sus cinco pisos. Los materiales de esta embarcación estaban reforzados con la mejor madera de roble sueca.
Los cañones estaban elaborados con bronce de un tamaño nunca antes utilizado en el mar. Dos de sus cinco cubiertas estaban reservadas solo a la artillería.
El rey Erik había mandado a fundir las campanas de las iglesias del país para dotar al navío de sus imponentes cañones de bronce.
Muchas personas consideraron que el buque estaba maldito por haber sido construido con objetos sagrados.
También era llamado «Makalös», «el Incomparable» en sueco.
Cuando se terminó de construir, en 1564, esta imponente fortaleza naval, parecía destinada a cambiar el diseño de las futuras armadas europeas.
Su tripulación estaba compuesta por 350 marineros y 450 soldados.
La historia que cambio el destino del buques más poderoso del siglo XVI:
Muy poco después de la botadura del Mars, la flota sueca y la de la coalición de Dinamarca y Lübeck se enfrentaron en las cercanías de la isla sueca de Öland.
La botadura del Mars fue el 30 de mayo de 1564.
Durante el primer día de combate el Mars parecía dueño de la batalla. Manteniendo el barlovento, maniobró sin dificultad y repelió a cualquier nave que se le acercara.
Sin embargo, con la caída de la noche la flota sueca se dispersó incomprensiblemente. Esto hizo que este buque fuera más vulnerable al amanecer del día 31. En ese momento solo seis barcos mantuvieron la formación.
Con su escolta debilitada, la flota enemiga invirtió todos sus esfuerzos en asaltar el Mars. Primero concentró su fuego en el timón, logrando dejar el barco sin gobierno, y después los barcos enemigos lanzaron bombas sobre la cubierta.
Por último, trescientos enemigos abordaron el navío.
Con la cubierta ardiendo y una multitud de hombres enfrentándose en un sangriento cuerpo a cuerpo, un certero tiro de cañón impactó en un barril de pólvora.
La explosión consiguiente produjo una reacción en cadena y la proa del Mars estalló en mil pedazos.
Al anochecer, el orgullo de la marina sueca reposaba en el oscuro y frío fondo del Báltico.
Con él se hundieron seiscientos tripulantes y cientos de asaltantes enemigos; tan solo cien náufragos consiguieron salvar la vida, entre ellos el almirante Jakob Bagge.
¿Cómo fue el rescate?
En la década de 1990 inició la búsqueda por los los hermanos buzos Lundgren. La noche del 26 de mayo de 2011, a las 23:45 horas de la noche, dieron con con el casco del buque más poderoso del siglo XVI. Estaba tumbado sobre su costado de estribor y rodeado de tablones desprendidos.
El Mars fue exhaustivamente fotografiado. El equipo arqueológico, dirigido por Johann Rönnby, de la Universidad de Södertorn, tomó miles de fotografías.
La primera vista completa del pecio fue capturada por el polaco Tomasz Stachura. Este fotógrafo, tras veinte horas de inmersión y otras trescientas de paciente trabajo en la computadora, combinó las 650 mejores imágenes para crear un fotomosaico que ayudó a los arqueólogos a realizar modelos completos en 3D del pecio.
Su minucioso análisis ha revolucionado las técnicas de documentación e inmersión de pecios profundos en todos los mares del mundo.
La baja salinidad, la poca oxigenación y sobre todo la ausencia de un molusco que devora la madera han contribuido a su conservación.
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