Desde 2013, una serie de cambios medioambientales ha orillado a los bosques de algas californianos a desaparecer. Lenta e inevitablemente, las plantas del ecosistema marino han reducido sus números en un alarmante 95 %, dejando a las especies que dependen de ellas desprotegidas y sin recursos para alimentarse. Podría ser que las nutrias sean las únicas que puedan librar una batalla contra esta devastación.
Durante años, las nutrias marinas han sido los depredadores naturales de los erizos de mar. Estos animales espinosos se alimentan de las plantas subacuáticas, que generalmente son algas. De esta manera, las poblaciones de esta especie se mantienen equilibradas con la presencia de las nutrias, quienes los eligen como base de su alimentación.
Desde hace poco más de 8 años, los bosques de algas marinas en California van visto una merma dramática. Donde antes había vastas áreas verdes, ahora sólo se encuentran páramos de erizos.
Las profundidades marinas ahora sólo se ven moradas —dada la coloración de los erizos—, porque no hay algas que las revistan de su verde típico. Podría ser que la ciencia ya tenga una respuesta a esta devastación progresiva y aparentemente incontrolable.
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Este decrecimiento no es una casualidad. De acuerdo con Joshua Smith, estudiante graduado de UC Santa Cruz, proviene de un fenómeno que nombró «desgaste de las estrellas de mar» a lo largo de la costa oeste. Entre las especies más afectadas por esto es la estrella de mar girasol, que es otro de los depredadores de erizo de mar:
«Creemos que varios factores iniciaron el brote de erizos», dijo Smith. «La pérdida de un depredador importante de erizos pronto fue seguida por una disminución en la productividad de las algas marinas debido a factores estresantes climáticos».
Según el autor, los trozos de algas marinas caen a la deriva sobre el arrecife como hojas que caen en un bosque. De esta manera, los erizos de mar se alimentan de las algas caídas desde las rocas en las profundidades, que usan como guarida y hogar.
Naturalmente, las algas viven saludables en entornos fríos y ricos en nutrientes que existen en el océano. Si las condiciones son las adecuadas, típicamente pueden crecer hasta 30 centímetros diarios. Este crecimiento se frenó por el calentamiento de las aguas, que azotó el Pacífico sin precedentes.
Como consecuencia de la falta de algas, los erizos se vieron forzados a subir a la superficie para buscar alimento. Así, poco a poco, devastaron los bosques de algas que existían en California. De esta forma, la especie proliferó a ritmos que nunca antes lo había hecho, dejando a las nutrias con demasiadas presas que cazar.
El problema podría extenderse hasta México y Alaska, ya que las corrientes de aguas marinas se seguirán calentando como consecuencia del cambio climático. Por esta razón, las nutrias son las únicas que pueden controlar esta plaga de erizos marinos, que están acabando con las algas californianas.
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