9 de cada 10 casas del pueblo de Lytton, en la Columbia Británica, fueron quemadas hasta los escombros a causa de la ola de calor que azota Canadá.
El 2021 ha sido un año seco en el continente americano. Particularmente para los países del norte, que se han convertido en espacios propensos a las quemas masivas de los bosques a falta de humedad en el aire. Sin precipitaciones y con temperaturas cada vez más altas, la ola de calor más reciente ha cobrado cientos de vidas en Estados Unidos y Canadá. El caso más icónico es el pueblo de Lytton, que quedó devastado en un 90 % por los incendios, el calor y la falta de recursos para combatir la crisis.
Lytton: un pueblo reducido a escombros
La crisis climática se está manifestando en Norteamérica con tasas de mortalidad cada vez más elevadas. Lytton podría convertirse en el ícono de estas consecuencias, tras haber sido devastado por los incendios provocados por la ola de calor en Canadá. 9 de cada 10 casas fueron quemadas hasta los escombros, según los reportes de los diputados locales. Ésta podría convertirse en la temporada de temperaturas más altas en la historia del país.
Lytton, sin embargo, no es el único poblado canadiense en padecer las consecuencias de este fenómeno impulsado por la actividad industrial, pero ya es el lugar más caliente en la historia de Norteamérica. En menos de un mes, los récords de altas temperaturas han superado a sí mismos, alcanzando cerca de los 50ºC en menos de una semana.
En toda la Columbia Británica, se han registrado hasta hoy 486 muertes ligadas a este evento climático en un par de semanas. Con respecto a la desgracia climática que azotó el pueblo, el alcalde local, Jan Polderman, dijo a la BBC haber tenido suerte de haber salido de ahí con vida: «No quedará mucho de Lytton», se lamentó. «Había fuego por todas partes«.
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Llamaradas incontenibles
De acuerdo con la jefa forense local, Lisa Lapointe, muchas de las muertes fueron ocasionadas porque las personas vivían por su cuenta en casas muy poco ventiladas. Las consecuencias más severas se han apreciado, según los registros nacionales, en las zonas costeras. Año con año, sin embargo, las llamas se hacen aún más incontenibles en las regiones boscosas del país.
Las personas que tuvieron que abandonar sus hogares narran que la totalidad de Lytton quedó atrapado en llamas en tan sólo 15 minutos. El miércoles dejaron el pueblo sin sus pertenencias, y tuvieron que reubicarse a las cercanías de Vancouver con las manos vacías. Según Polderman, la gente sólo tomó a sus mascotas, sus llaves y huyó en sus autos. Nunca más volverían a abrir las puertas de sus casas, reducidas a escombros por completo.
A diferencia de años pasados, en los que se esperaban alrededor de 100 muertes por golpe de calor, el noroeste canadiense está viendo una de las peores catástrofes medioambientales de las que se tiene registro. A poco menos de una semana de la desgracia, los sobrevivientes están tratando de reportarse en las ciudades aledañas, con estados de salud deplorables y poco de lo que quedó de sus vidas pasadas.
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