La COP26 pondrá los ojos del mundo en los líderes mundiales y las medidas para minimizar los efectos la crisis climática.
El tiempo para las dudas y la inacción quedó atrás. La Conferencia de Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP26) celebrada en Glasgow del 31 de octubre al 12 de noviembre marcará el derrotero que tomará el mundo ante la crisis climática.
Sin compromisos que deriven en acciones concretas para reducir las emisiones, la catástrofe climática será inminente. Aquí cuatro claves a propósito de la COP26 y los temas que definirán el encuentro:
El Acuerdo de París y los 1.5 ºC
Durante la COP21 celebrada a finales de 2015, 195 países se comprometieron por primera vez a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero con el fin de limitar las desastrosas consecuencias del calentamiento global provocado por la humanidad.
El Acuerdo de París acordó limitar el aumento de la temperatura mundial «muy por debajo de los 2 ºC» y redoblar los esfuerzos globales para limitarlo a 1.5 ºC al final del siglo», el último umbral que ofrece la ciencia para evitar una catástrofe climática con eventos cada vez más extremos.
Y aunque los países firmantes se comprometieron a cumplir con ambiciosas metas, lo cierto es que, en palabras de Naciones Unidas, los compromisos han sido ‘insuficientes’. De ahí que la COP26 sea un momento clave en la historia de la humanidad que podría definir el rumbo de la crisis climática.
En camino hacia el aumento de 2.7 ºC, una ‘catástrofe climática’
Los compromisos de cada país para reducir sus emisiones se concentran en sus contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN) y son el corazón del Acuerdo de París.
No obstante, el último Informe sobre la Brecha de Emisiones 2021 de la ONU revela que los CDN establecidos hasta ahora se encuentran muy por debajo del camino trazado en París:
A pesar de las promesas, las contribuciones determinadas a nivel nacional únicamente han reducido en 7.5 % las emisiones previstas para 2030, una cifra muy por debajo del 55 % necesario para alcanzar el objetivo de 1.5º C de los Acuerdos de París y del 30 % necesario para limitar el aumento a 2 ºC.
Según Naciones Unidas, los niveles de emisiones actuales están guiando al mundo hacia un aumento de 2.7 ºC para 2100, una cifra que supera ampliamente los objetivos de París y conduce a una catástrofe climática sin precedentes.
El subsidio a los combustibles fósiles
Un par de días antes del inicio de la COP26, El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) lanzó la campaña ‘No elijan la extinción’, acompañada de un video en el que un velociraptor reprocha a la humanidad el absurdo de ‘financiar su propia extinción en la Asamblea General de la ONU.
El mensaje para los líderes mundiales hizo énfasis en el gasto mundial para subsidiar los combustibles fósiles, una medida que impide tomar acción sobre las emisiones y que el Programa calificó como un ‘instrumento de desigualdad’ por su baja eficacia para impactar en la calidad de vida de las personas más pobres.
El punto será discutido en los próximos días y muy probablemente, el tema será acompañado de la comparación con la que el PNUD arrancó su campaña: los 423,000 millones de dólares anuales que se gastan en subsidiar combustibles fósiles multiplican por cuatro el presupuesto necesario para ayudar a los países subdesarrollados a enfrentar la crisis climática.
Los herederos del cambio climático
Sin más tiempo para la inacción, la COP26 planteará un tema incómodo que fue evadido por décadas: la herencia de una crisis climática cuyos efectos son cada vez más extremos.
Según un estudio inédito que describe la frecuencia de cinco eventos extremos vinculados al cambio climático, un niño o niña nacido en 2020 será testigo de, en promedio, 2 veces más incendios forestales; 2,8 veces más pérdidas de cosechas; 2,6 veces más eventos de sequía; 2,8 veces más inundaciones fluviales; y 6,8 veces más olas de calor a lo largo de su vida en comparación con una persona nacida en 1960”.
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