6 grandes fabricantes de automóviles y 31 países se comprometieron a que todos los coches vendidos para 2040 sean cero emisiones.
Dos días antes del cierre de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP26) celebrada en Glasgow, 31 países y al menos 6 fabricantes de automóviles anunciaron uno de los acuerdos más ambiciosos de la cumbre en materia de transporte:
El compromiso tiene como meta que para 2040, el 100 % de los nuevos automóviles en venta sean cero emisiones, un cambio que debería ocurrir como máximo en 2035 en los principales mercados del mundo.
Después del sector energético, el transporte es la segunda actividad con mayor número de emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. De ahí la necesidad de «hacer de los vehículos de cero emisiones la nueva normalidad, haciéndolos accesibles, asequibles y sostenibles en todas las regiones para 2030».
El acuerdo considera que las economías en desarrollo deberán acelerar sus esfuerzos para aumentar la adopción de vehículos cero emisiones, respaldadas por la colaboración con los países desarrollados para “facilitar una transición global, equitativa y justa».
Al momento, 31 países han firmado la iniciativa iniciada por el Reino Unido que funge como anfitrión de la Cumbre; sin embargo, tal y como ha ocurrido en otras negociaciones del encuentro, los dos mayores productores de vehículos (China y Estados Unidos) no se han adherido al acuerdo.
Al margen de los Estados Unidos, los estados de California y Washington, además de las ciudades de Sao Paulo y Seúl han firmado el compromiso, lo mismo que India (el cuarto mercado más grande a nivel mundial) y algunos países de la Unión Europea por separado, como Polonia, Suecia, Holanda y Noruega.
Además de estados y ciudades, hasta el momento los fabricantes Ford, General Motors, Mercedes-Benz, Volvo, Jaguar Land Rover y la china BYD se han adherido al acuerdo surgido en la COP26. No obstante, otras grandes compañías globales como Volkswagen, Toyota, Honda, BMW y la alianza Nissan-Renault-Mitsubishi han decidido pasar de largo.
A pesar de que las ventas de vehículos eléctricos rompen récord año tras año y el desarrollo de las baterías de litio es cada vez más asequible, el camino hacia una industria automovilística descarbonizada no sólo requiere de la voluntad de los fabricantes, también de la adopción de una infraestructura cada vez mayor de estaciones de carga que corre a cargo de los estados.
En el caso de la Unión Europea, cuyo plan regional (al margen de la COP26) contempla eliminar el 100 % de emisiones de vehículos de combustión para 2035 desde Bruselas se ha propuesto una iniciativa para construir 16 millones de estaciones de carga entre los 27 países miembros, una cada 60 kilómetros de distancia de la otra.
No obstante, el costo de los automóviles eléctricos es aún inaccesible para el nivel de ingresos de la mayoría de la población, especialmente en países subdesarrollados, donde la transición hacia vehículos cero emisiones y el abandono de los motores de combustión podría requerir más décadas de las contempladas en el acuerdo.
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