Aunque no lo creas, la Antártida es el desierto más grande del mundo, seguido por el desierto del Sahara. Aquí te explicamos por qué.
Quizá lo primero que se nos viene a la mente cuando pensamos en un desierto es un paraje desolado, inhóspito, con dunas de arena pronunciadas. Aunque esta imagen no es del todo errónea, no abarca la diversidad de ecosistemas desérticos que existen en la Tierra. De hecho, el desierto más grande del mundo está recubierto de densas capas de hielo perpetuo.
Con 14.2 millones de kilómetros cuadrados de hielo, la Antártida está catalogada como el desierto más grande del mundo. Sin arena, sin sol incandescente y a veces a 60ºC bajo cero, este ecosistema helado está catalogado por encima del Desierto de Sahara como el más extenso del planeta. Ésta es la razón.
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¿Existen los desiertos sin arena?
La respuesta corta es sí: existen los desiertos sin arena. De hecho, la Antártida es el desierto más grande del mundo aunque está cubierta de hielo. De hecho, «cualquier región que vea menos de 25 centímetros de precipitación al año califica como un desierto,» explica a Live Science el meteorólogo y climatólogo Jonathan Wille, de la Universidad de Grenoble en Francia.
Por esta razón, la Antártida encabeza la lista como el desierto más grande y extenso del mundo. De hecho, hay regiones en el polo sur que no han recibido lluvia en 14 millones de años. El mejor ejemplo son los valles secos de McMurdo, detalla el especialista, en donde las temperaturas son tan bajas, que los fuertes vientos absorben toda la humedad del aire.
Los valles secos de McMurdo están ubicados en la costa occidental de McMurdo Sound (77°00’S 162°52’E). Esta superficie extensa, que cubre unos 4 mil 800 kilómetros cuarteados, está relativamente libre de hielo, y demuestran un marcado contraste entre dos ecosistemas casi antagónicos: el hielo y la tierra salina.
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¿Quién vive en esta región inhóspita?
De acuerdo con los registros del proyecto de Investigación Ecológica a Largo Plazo (LTER, por sus siglas en inglés), «incluso para ser un desierto, esta región está excepcionalmente seca«. A diferencia del resto de la Antártida, los valles secos de McMurdo no tienen nieve ni hielo, a excepción por los lagos que se encuentran ahí, congelados a lo largo de todo el año.
Por ello, la imagen que tenemos de la Antártida con pingüinos, ballenas y osos polares no empata con los valles secos. Por el contrario, según los registros de National Science Foundation, apenas unas cuantas focas se acercan a las costas. Por lo demás, esta región del Polo Sur es prácticamente inaccesible, y no alberga ningún tipo de organismos complejos.
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