A pesar de las tensiones políticas, la administración de Joe Biden decidió detener la extracción de petróleo del último tesoro natural de Alaska.
El 6 de enero de 2021 marcaría el fin para el Refugio de Vida Silvestre del Ártico en Alaska. Siguiendo la agenda de la administración trumpista, ésa sería la fecha de subasta de esta reserva natural protegida, hogar de una amplia diversidad de especies animales. Estados Unidos planeaba venderla al mejor postor, para que éste pudiera gozar de la extracción de petróleo y gas indiscriminada. Hoy, el panorama es diferente.
Un respiro para las áreas silvestres del norte
El Refugio de Vida Silvestre del Ártico es la última de las reservas ecológicas de Alaska. Ahí, 36 especies diferentes de peces y 40 de mamíferos llevan una vida en libertad. De la misma manera, 160 aves migratorias aterrizan en este espacio durante el verano para reproducirse y descansar. Un cambio abrupto en el cronograma de la subasta puso en peligro el equilibrio de este ecosistema, todavía virgen.
A raíz de este ajuste, diversos grupos ambientalistas se pronunciaron a favor de la cancelación del proyecto. Los más radicales, lo denunciaron como «la última limosna de Trump» en favor de los combustibles fósiles. Sin embargo, con la toma de posesión de Joe Biden, las áreas silvestres estadounidenses del norte pudieron darse un respiro.
Desde la reincorporación de Estados Unidos al Acuerdo de París, la agenda más verde del presidente se ha posicionado como uno de los ejes de acción principales en el país. En un ánimo de proteger la fragilidad del ecosistema, este martes el proyecto de extracción de petróleo se suspendió por completo.
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Un paso adelante en la reducción de las emisiones fósiles
La cancelación de los arrendamientos en esta reserva de la biosfera en Alaska ha sido considerada como un paso adelante en la campaña de Biden por dirigir a Estados Unidos hacia un horizonte sin combustibles fósiles. Esta decisión, sin embargo, no fue bien recibida por los republicanos que estaban a favor de la extracción de petróleo, de acuerdo con The New York Times.
Desde este punto de vista, eliminar la amenaza a la reserva de la vida ártica desconsidera la demanda mundial de combustibles fósiles. Sin embargo, el ala más progresista del país celebró ampliamente la resolución presidencial. Gina McCarthy, asesora de política climática nacional de la Casa Blanca, aseguró que Biden considera a las áreas naturales protegidas como tesoros nacionales:
“El presidente Biden cree que los tesoros nacionales de Estados Unidos son piedras angulares culturales y económicas de nuestro país y está agradecido por la pronta acción del Departamento del Interior para suspender todos los arrendamientos […], que podrían haber cambiado el carácter de este lugar especial para siempre ”.
De esta forma, las casi 8 millones de hectáreas en las que se extiende el área protegida en Alaska estarán seguras, al ser uno de los estandartes de los esfuerzos de conservación de la administración de Joe Biden. A pesar de los roces políticos que esta decisión generó entre ciertos grupos de poder, el resto del mundo mira con buenos ojos la protección de la reserva.
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