El deterioro del Río Nilo ha provocado que, en menos de 5 décadas, sea 100 veces más pequeño que el Amazonas. Éstas son las consecuencias.
Hace miles de años, la civilización egipcia floreció siguiendo el cauce de Nilo. Los faraones no hubieran podido subir al poder si no hubiera sido por sus aguas, que consideraban sagradas. Los astrónomos no hubieran logrado descifrar el cielo sin el reflejo de las estrellas. Más de 4 mil años más tarde, el deterioro del Río Nilo está afectando a 500 millones de africanos.
De acuerdo con un reportaje de la AFP, la crisis climática global está secando el cauce del segundo río más largo del mundo. Con ello, las afecciones a la agricultura y la seguridad hídrica de cientos de millones de personas se agravan con cada verano que pasa.
También lee: Las Pirámides de Giza no siempre estuvieron rodeadas por el desierto, sugiere un estudio
11 países en riesgo
La crisis climática global no es la única razón del deterioro del Río Nilo, explica la periodista sudanesa Menna Zaki. Por el contrario, en conjunto con otros periodistas africanos, denuncia que la explotación humana también es responsable de «la cuenta regresiva para el segundo río más largo del mundo».
En total, el Río Nilo cruza a lo largo de 11 países: «Egipto, Sudán, Sudán del Sur, Etiopía, Kenia, Uganda, Ruanda, Burundi, Tanzania, la República Democrática del Congo y Eritrea», documenta EL PAÍS. Todos ellos —y sus habitantes— están en riesgo por el deterioro del cauce. Principalmente, el equipo de trabajo de Zaki identifica tres causas fundamentales:
- La crisis climática global, que ha traído severas sequías alrededor del mundo.
- La contaminación del Nilo
- La explotación humana, que ejerce una presión ecológica nunca antes vista sobre el río.
En un espacio de 5 décadas, el caudal disminuyó en un 5 %. Esto se traduce, según la AFP, a 2 mil 830 metros cúbicos por segundo. Esto es «casi 100 veces menos que el Amazonas«, enfatiza Maki.
Por su parte, los agricultores en Sudán ya están resintiendo las consecuencias del deterioro del Nilo:
«El Nilo es lo más valioso que tenemos, no debemos permitir que cambie», lamenta este agricultor de 17 años, de la más joven generación de una familia de agricultores de la aldea de Alty, en el centro de Sudán.
Un fenómeno todavía más grave se aprecia en Egipto que, así como sucedía en la antigüedad, depende del Río Nilo. El deterioro del caudal está afectado a cerca de 104 millones de personas, que representan el 97 % de la población. Todas ellas viven en las cercanías al río que, reportan los periodistas, es menos del 8 % del territorio nacional.
Para 2050, esperan las autoridades locales, las temperaturas del río habrán aumentado en al menos 2 grados. Así, el agua disponible para la población y las especies que dependen del caudal también se verá afectada: a menos de que la crisis climática global se mitigue, el agua disponible será menos entre más personas.
Sigue leyendo: