Un grupo de científicos desenterró en la Antártida lo que podría ser el núcleo o ‘testigo’ de hielo de entre 3 y 5 millones de años de antigüedad.
El hielo que reside en la Antártida es un profundo objeto de estudio. Los científicos han indagado en él buscando ampliar el récord climático mundial. El hielo contiene burbujas de aire atrapadas. Éstas podrían ser una clave para saber más del ambiente de la Tierra hace milenios.
El equipo encargado de la exploración en la Antártida desenterró un núcleo de hielo de 10 metros de largo. La muestra fue extraída del Valle Ong, en las Montañas Transantártidas que dividen el este y el oeste del continente. Se estima que su antigüedad es de hasta 5 millones de años y es, probablemente, el que data de tiempos más remotos.
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Midiendo la antigüedad del testigo de hielo
En un estudio publicado en The Cryosphere, se explora un nuevo método para determinar cuánto tiempo ha existido este pedazo de hielo. El método explicado en el artículo, podría ser la clave para datar hielo más antiguo que el que se había podido medir hasta ahora.
“Hemos encontrado y datado este hielo como uno de los más viejos,” dice Marie Bergelin, coordinadora de la investigación. ”Ahora, el futuro es ver qué podemos obtener de él.”
El objetivo de la investigación es claro, se busca trazar una línea temporal de las condiciones atmosféricas del planeta. Sin embargo, no es un trabajo sencillo. Taladrar superficies en búsqueda de hielo es caro y toma mucho tiempo. De acuerdo con la revista científica Nature, puede llegar a costar millones y tardar décadas en cumplir su objetivo.
Las implicaciones del nuevo descubrimiento
Los científicos que estaban encargados del hallazgo están muy sorprendidos por el nuevo proceso de datación. Gracias a él, se podrán obtener datos de estados del planeta mucho más lejanos temporalmente. Según el paleoclimatólogo Yuzhen Yan, el estudio provee “evidencia muy sólida de que los núcleos de hielo pueden preservarse por 3 o 4 millones de años.”
Hace 5 millones de años, el planeta vivía condiciones completamente diferentes a las de ahora. Las temperaturas eran más altas y los niveles de dióxido de carbono superaban los registrados al día de hoy. Por esto, los datos obtenidos del análisis del hielo pueden darnos más claridad sobre qué hacer con las extremas circunstancias de la Tierra.
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