Una histórica tormenta de nieve azota EEUU y deja a millones sin electricidad

Incomunicados y «mal preparados»

La agencia de noticias AFP asegura que millones de personas se han quedado sin electricidad por las tormentas invernales. Desde el sur hasta el centro de Estados Unidos, las consecuencias de estas nevadas han cobrado la vida de tres personas en Carolina del Norte.

Además de dejar incomunicada a la población, parece ser que las bajas temperaturas tomaron por sorpresa a los estadounidenses, quienes se reportan como «mal preparados» para enfrentarlas.

Esta ola polar, que se ha catalogado en los medios de comunicación como «histórica», ha afectado particularmente al estado de Texas. Diversas de las carreteras estatales están inmovilizadas por el frío, los fuertes vientos y la nieve. Aunque puede resultar contraintuitivo, se piensa que estas condiciones extremas tienen una relación íntima con el calentamiento global.

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El frío y la pandemia

Estas temperaturas nunca antes registradas empatan muy mal con la emergencia sanitaria global. El alza en la curva de contagios en Estados Unidos se recrudece ante la imposibilidad de amortiguar los efectos del frío en la salud de las personas.

Al día de hoy, las tormentas han provocado al menos cuatro tornados en Atlanta. Este fenómeno natural afectó a dos comunidades en particular, ubicadas en el condado de Brunswick, según los servicios de emergencia:

«Se estima que al menos 50 viviendas se vieron afectadas en el incidente y varias líneas eléctricas resultaron dañadas, provocando cortes de luz».

Árboles derribados, casas aplastadas y carros inmovilizados están entre las imágenes que se han vuelto virales en línea. Según los pronósticos del Servicio Meteorológico Nacional (NWS),  la tormenta se trasladará hacia el noreste de Estados Unidos, para después describir una línea recta al Este de Canadá.

Mientras tanto, algunas zonas de Oklahoma alcanzaron 40ºC abajo de su media para febrero. Para entonces, en condiciones normales, la crudeza del frío ya hubiera cedido. Sin embargo, Estados Unidos está viendo los efectos de una nueva realidad, que podría agravarse aún más en los próximos años.