Cuando no hay temporal, el Kyll es una ramificación apacible del río Mésela. Desde Bélgica hasta algunos estados al oeste de Alemania, la corriente pasa como un afluente pequeño de un cuerpo de agua más grande. El problema empieza con las lluvias, cuando el caudal se desborda e invade las casas que encuentra a su paso. Después de varios años de no causar estragos, el cambio climático ha puesto énfasis en las inundaciones de Alemania en 2021.
Las imágenes del desastre han llegado desde el jueves 15 de julio. Pueblos enteros establecidos a lo largo de la corriente fueron testigos de las tormentas violentas. Hasta ahora, según la cobertura de The New York Times, las autoridades alemanas han confirmado decenas de muertes: «no podían dar cuenta de al menos 1,300 personas desaparecidas» según Melissa Eddy, corresponsal del medio basada en Berlín.
Sólo el día de hoy, el Estado confirmó casi un centenar de vidas perdidas como consecuencia de las inundaciones en Alemania. A pesar de la comunicación tan limitada que los pueblos dañados tienen actualmente, la policía y las autoridades esperan que los damnificados y desaparecidos se encuentren bien.
Con cada día que pasa, las tormentas suben en intensidad. Así como han habido estragos en Alemania, se tiene registro de que al menos 11 personas murieron en Bélgica. La extensión de la problemática no se detiene ahí. Junto con la marea cada vez más alta, algunas regiones de Suiza, los Países Bajos y Luxemburgo también se han visto gravemente afectadas. El desastre, literalmente, ocurrió de la noche a la mañana.
Aunque la devastación se dio de un día para otro, la problemática es aún más profunda que el caudal del Kyll. La fuerza de las tormentas y el poder avasallador de los ríos desbordados son consecuencia de la crisis climática global, que ya está cobrando vidas humanas en diversas partes del mundo. Europa es sólo una de las víctimas de los cambios que el calentamiento global está produciendo en el planeta.
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La cobertura de Deutsche Welle señala al Kyll como un río asesino. A pesar de que, en apariencia, la aseveración podría describir bien la tragedia vivida en Alemania, parece un abordaje esquivo a la responsabilidad humana que existe en el asunto. Aunque la Unión Europea acaba de firmar un plan ambicioso para convertirse en ‘carbon neutral’ para 2050, el daño como consecuencia de la sobreexplotación de combustibles fósiles y la destrucción de los ecosistemas en el mundo sigue ahí.
Diversos activistas ambientales y políticos europeos presionaron para no dejar de ver los paralelismos entre las inundaciones de Alemania y la crisis climática. Además de mostrar sus condolencias a las familias afectadas, el Estado alemán aseguró que la complejidad del problema todavía no les permitía ver con claridad cuál será la evaluación final del desastre. Entre equipos de rescate, bomberos, la fuerza policial y la ayuda civil, los países afectados viven una situación delicada, que no parece mejorar con el paso de los días.
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