En un principio, la máquina succiona carbono que puso en marcha Islandia generó euforia. A corto y mediano plazo, podría parecer una solución para mitigar el efecto de la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Con una inversión de 15 millones de dólares, es el dispositivo más grande que existe en el planeta. Sin embargo, un solo dispositivo no podrá combatir la emergencia climática global. Ésta es la razón.
Después de años de investigación y trabajo de campo, el proyecto finalmente se concretó en un mismo dispositivo. La máquina atrapa carbono que se instaló en Hellisheidi, al sudoeste de Islandia, es la más grande en la captura directa de CO2 en el plantea. Según la cobertura de Science Times, está «diseñada para absorber y almacenar dióxido de carbono bajo tierra«.
Esta localidad es conocida en todo el país por sus instalaciones geotérmicas monumentales. Con base en este antecedente, las empresas Carbfix de Islandia y Climeworks de Suiza construyeron una planta dedicada a atrapar dióxido de carbono directamente del aire. La máquina fue nombrada «Orka», que en el idioma local se traduce literalmente como energía.
En total, la máquina succiona carbono es capaz de capturar y procesar 4 mil toneladas métricas de dióxido de carbono anualmente. Esto corresponde a las emisiones de poco menos de 800 carros particulares. Visto de otra manera, sin embargo, es apenas suficiente para cubrir la producción de 250 estadounidenses. Sí: aunque es algo, no es mucho en realidad.
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La meta de Climeworks no se decanta de la beneficencia pública. Aunque, efectivamente, disminuye un poco el impacto de carbono de la humanidad, la intención es vender este recurso a otros países a los que les pueda interesar. Por ello, la máquina succiona carbono se ha resistido a un discurso de lucha contra la emergencia climática —cuando, de fondo, está motivada por un estímulo mercantil.
Si bien es cierto que existe la intención científica de buscar nuevas alternativas de energías renovables, como puntualizó uno de los inversores en la conferencia de prensa para presentar el proyecto, es una realidad que el beneficio ecológico es mínimo hasta el momento. En el mismo evento, se sugirió que la captura de carbono puede ser una de las industrias más grandes en el planeta —si todavía es habitable para entonces.
‘Orka’ promete ser un pilar de vanguardia científica e industrial, con miras a un futuro más verde y libre de emisiones nocivas para la atmósfera. De cualquier manera, Climeworks se promociona a sí misma como una compañía comprometida con la búsqueda de estrategias adaptables a las necesidades de la crisis climática global.
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