Cada vez más arrecifes de coral en los trópicos padecen de estrés e hipoxia, como consecuencia del calentamiento de los ecosistemas marinos.
El fenómeno se identificó originalmente en 2017. En medio de Boca del Toro, en Panamá, una mancha turbia y de aroma pesado se asentó sobre la superficie. Fue entonces que científicos de la Institución Oceanográfica Woods Hole decidieron investigar el caso. Se sumergieron entre las olas con equipo de buceo, y encontraron estrellas de mar enfermas y erizos quebradizos entre los arrecifes de coral. La crisis climática está detrás de este fenómeno nocivo.
Aguantar la respiración
Los animales estaban en este estado deteriorado por la falta de oxígeno en los arrecifes panameños. Incluso en Boca del Toro, uno de los ecosistemas marinos más diversos del país, los animales se estaban pudriendo vivos por aguantar la respiración. Sin poder respirar, sus probabilidades de subsistencia eran mínimas.
El estudio fue publicado en Nature Communications. El objetivo era entender cómo era que los arrecifes habían perdido su capacidad de producir oxígeno al fondo del lecho marino, dejando a los animales del hábitat sin respirar. Maggie Johnson, científica líder del estudio, destacó lo siguiente con respecto a sus hallazgos:
«Lo que estamos viendo son aguas oceánicas hipóxicas, lo que significa que hay poco o ningún oxígeno en esa área», explica la experta. «Todos los organismos están tratando de escapar de esta agua desoxigenada, y aquellos que no pueden escapar esencialmente se asfixian. Nunca he visto algo así en un arrecife de coral».
Este fenómeno no es nuevo. Por el contrario, como consecuencia de la crisis climática y la pesca industrial desmedida, las ‘zonas muertas‘ se han extendido en los océanos del planeta. A pesar de que el fenómeno ha existido siempre en la historia natural del planeta, el hecho de que alcancen a cubrir más áreas afecta al equilibrio ecológico de los arrecifes y la biodiversidad marina.
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Más zonas muertas, menos oxígeno
La hipoxia que padecen los animales marinos y los corales en los arrecifes no es casualidad. En parte, según explica Johnson, se debe que el agua se estanca por la falta de corrientes de viento. Sin embargo, el fenómeno está íntimamente ligado a que las temperaturas cada vez más elevadas en los océanos favorecen que ciertos microorganismos consuman el oxígeno disponible.
Por esta razón, la contaminación elimina los nutrientes básicos que estos ecosistemas necesitan para vivir. No sólo eso: están produciendo gases de efecto invernadero 300 veces más dañinos que el dióxido de carbono (CO2). Éstas son consecuencias directas de la emergencia climática, que se están extendiendo a otros «hábitats menos profundos y más cercanos«, en palabras de la experta.
Esto provoca que los arrecifes de coral se blanqueen, y obstaculiza que los ecosistemas marinos puedan recuperarse en los trópicos. El problema es que, cuando los corales se sienten estresados, expulsan los microorganismos que consumen el oxígeno disponible, y se cae en un círculo vicioso difícilmente superable.
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