Una reunión secreta de funcionarios italianos tenía como plato fuerte más de 60 pájaros en peligro de extinción, cuya caza es ilegal.
En las zonas alejadas de las grandes metrópolis del mundo, el COVID-19 sigue siendo un tema que no preocupa en demasía a la población. Brescia, un pueblo al norte de Italia, no es la excepción. A pesar de las severas crisis de infraestructura hospitalaria que azotaron al país durante los últimos meses de 2020, la gente se sigue reuniendo sin estar vacunada. Sólo la semana pasada, la policía italiana tuvo que irrumpir en un banquete en el que, para su sorpresa, el plato fuerte eran especies en peligro de extinción.
Una reunión con platillos exóticos
Entre los tejados cálidos de Brescia, la policía italiana nunca se imaginó que encontraría con un conjunto de personas reunidas para comer carne de aves amenazadas. Además de que el menú de la velada era enfáticamente ilegal, la comida se llevó a cabo en un edificio del gobierno local.
Según The New York Times, la fuerza policial recibió una llamada telefónica denunciando el encuentro. Nunca se imaginaron que el festín incluía ejemplares de pinzones escasos, acompañados de bebidas alcohólicas y aperitivos de élite. En total, las autoridades contaron 65 aves migratorias protegidas que habían sido asesinadas para el disfrute de los mandatarios involucrados.
A pesar de que los invitados aseguraron que la cita se había agendado dentro de las regulaciones y protocolos de sanidad, la investigación reveló que el problema se extendía a un asunto grave de conservación. Ni siquiera los cubrebocas y la sana distancia pudieron disuadir la atención del menú exótico que estaba a punto de servirse.
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Un menú contra la conservación
Fue inevitable: la cazuela repleta de docenas de pájaros cantores fritos estaba ahí. Peor aún, los invitados decidieron esconderla debajo de la mesa, en un intento torpe de salir exentos de la situación. Poco pudo hacerse. Tuvieron que reconocer que las especies que estaban a punto de comerse eran protegidas.
Los oficiales de la policía italiana no tuvieron que investigar demasiado. Las especies involucradas eran fácilmente identificables por la forma de los picos. Algunas de ellas, incluso, están amenazadas a nivel mundial. Una vez que se desató el escándalo, la liga anti-caza de Italia describió al evento sencillamente como «vergonzoso» y «enfurecedor«.
En contraste, y con un tono cínico, el funcionario regional Floriano Massardi describió a los platillos servidos como “un manjar”, después de admitir que disfrutaba de comer este tipo de pájaros en brocheta. Lamentablemente, este tipo de eventos no son poco comunes, ya que Brescia se encuentra en medio de una zona migratoria importante de zorzales, verderones y mirlos.
Cuando la costumbre se impone
La caza es común desde hace siglos al norte de Italia, donde la tradición dicta que los cazadores locales tiendan trampas en los arbustos y ramas de los árboles, o disparen a las aves migratorias al vuelo. A pesar de los poderosos intentos por frenar estas actividades ilícitas por parte del gobierno, la costumbre se impone.
Hoy, la caza de diversas especies de aves es ilegal. A pesar de las restricciones que se han establecido, los valles al norte de Brescia siguen siendo la zona de caza más peligrosa de Italia para muchas especies cantoras. Por lo cual, los invitados a la reunión recibirán penalizaciones según los cargos que presenten. Mientras tanto, la multa impuesta por el gobierno asciende a 2 mil euros por cada participante del evento.
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