El 80 % de las muertes por contaminación del aire están relacionadas a la producción de lácteos, huevos y carne para el consumo humano, según un estudio.
Tráfico. Quema de combustibles fósiles. Emisiones por parte de fábricas de diversas industrias. En la actualidad, una de las causas de muerte principales en Estados Unidos está relacionada con la contaminación del aire, que incide directamente en la salud de las personas. Un nuevo estudio revela que la producción de carne también está ligada a esta problemática global.
Más allá de una dieta poco equilibrada
Cerca de 17 mil muertes anuales en Estados Unidos están vinculadas con el aire contaminado de cultivo y crianza de alimentos. De todas ellas, un alarmante 80 % son causadas por la producción de carne, lácteos y huevos. El resto de los fallecimientos están relacionados con los productos derivados de los animales que los seres humanos no ingieren, como el cuero o la lana.
Según Nina Domingo, autora principal del estudio que se publicó en Proceedings of the National Academia of Sciences, la problemática sanitaria va mucho más allá de lo que nos llevamos a la boca:
«Pasamos mucho tiempo pensando en cómo los alimentos que consumimos afectan nuestra salud, pero los alimentos que comemos también afectan a otras personas».
De acuerdo con la investigación, la producción de carne en el mundo contribuye a que la calidad del aire sea letal. Particularmente para la crianza y transportación de ciertos alimentos, cuya huella de carbono ha incidido en la contaminación de la tierra, el agua y el aire durante más de diez años.
No sólo eso: el estudio es enfático en que nos concentramos demasiado en las consecuencias a futuro de la emergencia climática global, descuidando las que ya se viven en la actualidad. Además de contaminar el aire, la industria cárnica genera de manera indirecta asma, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
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Combustibles, fertilizantes y otros factores tóxicos
El estudio ha generado revuelo entre los grupos de la industria cárnica. Por ejemplo, la Asociación Nacional de Ganaderos de Carne desestimó los resultados, considerando que la investigación está «basada en suposiciones erróneas y plagada de lagunas de datos«. Sin embargo, los autores revisaron la información a detalle en colaboración con Agencia de Protección Ambiental y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, quienes confirmaron la veracidad de los datos.
Para analizar el impacto de este tipo de alimentos en la salud del ambiente y de los seres humanos, los científicos analizaron qué se necesita para producirlos. Fertilizantes para los cultivos, labrar la tierra y la quema de combustibles fósiles se encuentran entre los factores más dañinos, de acuerdo con Jason Hill, ingeniero de biosistemas de la Universidad de Minnesota:
“Gran parte de nuestra agricultura está impulsada por la ganadería. No solo por los animales en sí, sino a lo que se necesita para alimentarlos ”, dice Hill.
Cuando los autores investigaron el número aproximado de muertes por producción de carne roja, descubrieron que los productos de res por sí solos causan 4 mil fallecimientos al año, ligados a la contaminación del aire. En términos del sector porcino y lácteo, la cifra se eleva dramáticamente a 9 mil 100 casos anuales, lo que corresponde a más del doble.
En contraste, los decesos por producción de vegetales contribuyen a 100 muertes. A pesar de que el estudio intentó no caer en nociones preconcebidas, resultó notable que el grueso de la mortalidad se encuentra entre unos cuantos grupos de alimentos. Y aún más específicamente, en la producción irresponsable que se emplea para obtenerlos.
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