El Lago Ohrid entró a la Lista del Patrimonio Mundial en 1979. Localizado entre la frontera entre Albania y Macedonia, este lugar es hogar de seres históricos que mueren en sus aguas mientras los pobladores luchan por detenerlo. La pesca desmedida ha provocado que especies endémicas del lago reduzcan significativamente su población. Algunos de estos animales son tan antiguos que se les puede considerar ‘fósiles vivientes’ pero podrían desaparecer para siempre.
Este sitio ha existido continuamente por aproximadamente tres millones de años. Esta fue la razón por la que se integró a la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO. Las especies endémicas de agua dulce que habitan este sitio son incomparables. Algunas de ellas datan del periodo terciario, el cual inició hace 66 millones de años.
Uno de los animales que protagonizan la fauna de este lugar es la trucha de Ohrid, que sólo puede encontrarse en este lago. La especia ahora enfrenta un gran problema: la extrema reducción de su población.
“Hace treinta años, podíamos salir con aproximadamente cinco hilos de pesca y atrapar 30 kilos,” dice Roland Bicja, un pesacdor de la aldea contigua al lago. “Ahora, ponemos cien anzuelos y apenas logramos pescar 3 kilos.”
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El equilibrio entre la vida humana y el bienestar del medioambiente no son opuestos y los habitantes de este lago lo saben. Los esfuerzos por recuperar la especie de su alarmante reducción tienen motivaciones ecológicas y económicas.
La pesca de la trucha de Ohrid es necesaria para la subsistencia de quienes se dedican a comercializarla sin embargo, se ve obstaculizada por el peligro que supone capturar demasiados ejemplares y provocar su extinción. Por eso, los habitantes de la aldea han decido tomar acción.
El plan de reabastecer el Lago Ohrid de su población de trucha plantea un panorama esperanzador. El plan tendrá dos partes cada año, el cultivo y la pesca. De diciembre a marzo estará prohibida la caza de ejemplares con fines comerciales. Éstos serán capturados y fertilizados artificialmente sin matar al pez.
“La trucha de Ohrid es la cosa más importante que tenemos en nuestra aldea,” dice Bicja en una entrevista para la BBC. “Todos necesitan preocuparse por ella y entender lo especial que es,” concluye el pescador.
Cuando hayan crecido lo suficiente, las crías resultantes de está fertilización serán libres de nadar en el agua. La alianza entre la comunidad científica y los pescadores hará este plan posible.
“Para ayudar a ambos, a la la gente y a la trucha del Lago Ohrid, una parte de la población puede ser reconstruida a través de esta forma de reabastecimiento,” explica el biólogo Zoran Spirkoski.
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