Conforme la urbanización avanza, las costas se quedan sin arena y los impactos ecológicos empiezan a ser más evidentes.
Las pantallas de los dispositivos que llevamos cerca de nosotros, los vidrios en las ventanas y el concreto que sostiene a las grandes edificios del mundo tienen en común un fenómeno de explotación. Mientras la industria electrónica va a la alza con pantallas táctiles y la urbanización consume más territorios, las playas se quedan sin arena: sin ella, la construcción y el ensamblaje del mundo como lo conocemos no sería posible.
A más construcciones, menos arena en las playas
Poco se ha dicho sobre los costos colaterales de la construcción en el mundo. Si bien es cierto que se ha dedicado amplia atención mediática a la cobertura de la destrucción de los subsuelos y la contaminación que se decanta de la urbanización irresponsable, la explotación excesiva de arena en las playas de Indonesia ha padecido de un olvido silencioso.
Un equipo de científicos decidió revertir este enfoque con un estudio reciente, que denuncia la pérdida de las zonas costeras en el país a raíz de la industrialización de este recurso. El esfuerzo de investigación estuvo centrado en la extracción de arena en esta zona de Asia, sin dejar de lado un balance económico que no desconsidera el factor medioambiental.
De acuerdo con los investigadores de la Universidad Estatal de Michigan (MSU), el mundo experimenta una inminente crisis de arena, grava y roca triturada, elementos fundamentales para cubrir las necesidades de vivienda y energía de la humanidad. El estudio se publicó en One Earth esta semana, con el fin de explorar nuevas alternativas para satisfacer las necesidades de construcción con un impacto menos severo en las playas del mundo.
La gravedad del problema radica, de acuerdo con Louise Gallagher, del Observatorio Global de Arenas de Ginebra, en que no entendemos en toda su dimensión al material, ni del impacto que su explotación excesiva representa. «Todavía sabemos muy poco sobre las consecuencias de la extracción de arena. A veces ni siquiera sabemos de dónde viene, cuánto viene de los ríos. No tenemos ni idea», destaca la experta.
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Un problema drástico de soluciones drásticas
Aurora Torres, la líder del proyecto, ha dedicado su trayectoria académica y profesional al estudio de la ecología, conservación y sostenibilidad con un enfoque transdisciplinario. La experta decidió dirigir la investigación hacia un horizonte que contemple un consumo y explotación más sostenible de estos recursos:
«[…] miramos hacia lo que tenemos que hacer como sociedad si queremos promover un consumo sostenible de los recursos de arena globales», destacó Torres. «Un problema drástico requiere soluciones drásticas, realmente hacer esto de manera diferente para dejar de lado los problemas y crear caminos hacia la sostenibilidad».
Torres y su equipo hacen un énfasis particular en la compraventa de arena y otros recursos ligados a la construcción. Si se replantean las dinámicas mercantiles relacionadas a estos, los impactos negativos que tienen en los ecosistemas costeros se verán notablemente reducidos sin la necesidad de incurrir a conflictos humanos.
Muchos de ellos, están relacionados con las potencias árabes que dependen de la arena para construir sus ciudades. Aunque están en el desierto, territorios como el de Arabia Saudita importan el recurso de Canadá o Australia. Por esta razón, sus rascacielos más altos están construidos con arena extranjera, traída de otras partes del mundo.
Las playas de Indonesia, como tantas otras, padecen de esta extracción irresponsable, de acuerdo con la cobertura de Deutsche Welle. Ésta no sólo está respaldada por dinámicas corruptas, sino que se sustenta en esquemas de trabajo violentos para los obreros involucrados en el basamento del esquema laboral.
Una propuesta transversal
El estudio no sólo se enfoco en los desafíos vinculados a la extracción de arena, sino a las problemáticas sociales y políticas que podrían decantarse de un cambio de paradigma. El estrés, por tanto, no sólo se analizó a nivel natural, sino en su dimensión humana también.
Al respecto, Jianguo Liu, como coautor del estudio, enfatizó que «las perspectivas simples no pueden resolver desafíos complejos de sostenibilidad«. Antes de pensar en soluciones, asegura, habría que desenredar la problemática desde su raíz. El estudio, por tanto, propone estrategias sólidas para administrar los recursos. De esta forma, la crisis de arena en Indonesia pueda tener una salida con perspectiva ecológica y social.
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