Nunca antes en la historia de San Francisco se había presentado un caso similar. Desde las alturas, como si de una versión apocalíptica del pan ácimo se tratara, están cayendo anchoas. Ante el desconcierto que ha generado la situación entre los pobladores del Bay Area, colindante con el Pacífico, los meteorólogos creen tener una explicación a porqué están lloviendo peces del cielo.
Desde el último fin de semana de junio 2022, el fenómeno meteorológico de ‘La Niña‘ ha cobrador intensidad en el planeta. Como parte de los movimientos naturales de los vientos, en verano, las ráfagas se hacen más frías, trayendo consigo temporadas de lluvias intensas. A causa de la crisis climática global, sin embargo, se ha vuelto cada vez más errático e intenso.
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Según los reportes de los medios nacionales, la lluvia de anchoas en San Francisco coincide con el florecimiento de su población en verano. Además de que, según confirma Otolith Geochemistry and Fish Ecology Laboratory, la especie se reproduce en verano, el fenómeno de ‘La Niña’ se sumó a la coyuntura única en la costa oeste de Estados Unidos.
La sorpresa no se deslava de la mirada de los residentes, quienes realmente no pueden creer que del cielo estén cayendo pescados:
«Nunca había oído hablar de algo así», dijo Stephanie Ernst Scott, residente de San Francisco, a la cadena noticiosa CBS News. «¡Normalmente llueve agua, no peces!»
Así como Ernst Scott, otras personas que habitan en la ciudad han registrado el fenómeno en redes sociales. Algunos aseguran que la lluvia de pescados alcanzó su patio trasero, dejando kilos de anchoas sobre el pasto. En otros casos, los locales tienen que sacar los pescados muertos en bolsas, para evitar que sus propiedades se atasquen de cadáveres de hasta 30 centímetros.
Nadie nunca se imaginó que, eventualmente, un fenómeno meteorológico común en la época estival provocaría una lluvia de anchoas sobre San Francisco —ni sobre la cosa occidental de Estados Unidos. Ni siquiera sus depredadores naturales, que generalmente son las aves marinas.
Con esta oferta excesiva de peces para comer, las gaviotas y otras aves que depredan especies similares no están pudiendo contrarrestar la cantidad de anchoas que hay en el mar. Por el contrario, sumado a las lluvias potentes, el movimiento del agua las está llevando a encallar sobre la costa —o a caer desde el cielo, sobre las propiedades de los habitantes.
Lo que es más: hay tantas anchoas sobre la costa oeste, que están quedando varadas en las orillas de la laguna de Bolinas. Los administradores del parque nacional aseguran que estas muertes masivas se deben a que, por la sobrepoblación excesiva de peces, la laguna se está quedando sin oxígeno. Sin poder respirar, van a dar a las orillas sin vida.
Aún a pesar de que parece una situación irresoluble, los mamíferos marinos están nivelando la población. Ballenas, leones marinos y otras especies locales están dándose un festín de anchoas, al tiempo que los pescadores extraen cada vez más kilos del mar. La recomendación general para quienes visiten la ciudad esta semana, según SF Gate, es traer un paraguas resistente.
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