Aunque los Países Bajos es un territorio relativamente pequeño, el país está muy densamente poblado. En cada ciudad existe un promedio de 200 metros cuadrados de tierras baldías. A pesar de esto, las autoridades locales se han sumado a una iniciativa internacional de reforestación urbana. Se les conoce como microbosques: espacios en los que la Tierra puede recuperar algo de verdor.
El punto de este esfuerzo no es sembrar árboles en espacios al azar. Por el contrario, esto podría resultar contraproducente para los ecosistemas urbanos de diferentes orografías, que requieren de especies vegetales específicas. En lugar de eso, se planteó emplear el antiguo método japonés del Miyawaki.
Aunque puede parecer contraintuitivo, sembrar árboles en áreas reducidas hace que estos crezcan 10 veces más rápido que los monocultivos. El punto es preparar la tierra utilizada con nutrientes, de manera que reciba especies vegetales endémicas y se propicie su desarrollo de manera saludable y sustentable.
Los resultados fueron casi inmediatos en los Países Bajos. Los microbosques crecieron densamente en tan sólo unos cuantos años. Al ser plantados muy cerca los unos de los otros, se propulsa la creación de un ecosistema pequeño que, además de sostenerse a sí mismo, promueve que aves, insectos y otras especies animales los habiten. No sólo eso: ayudan a purificar el aire de las áreas urbanas conforme los árboles envejecen.
Te sugerimos: Sólo queda un 3 % de superficie terrestre inexplorada por los humanos
Clara Manuel, ingeniera forestal urbana, se ha involucrado en los últimos años activamente en el desarrollo de este método en las ciudades más gentrificadas de los Países Bajos, como Utrecht y Ámsterdam. La experta destaca que los microbosques son como «burbujas resilientes de naturaleza«. Para ella, esto no se trata de un simple acto de jardinería.
Según la investigación conducida, un sólo microbosque atrajo cerca de 600 especies de animales, que hoy habitan en él y lo hacen funcionar. Con respecto a los cuestionamientos sobre si realmente podría generar una tendencia positiva que mitigue el calentamiento global, los científicos aseguran que es posible ralentizar la crisis climática.
Sin embargo, por sí solos no pueden acabar con ella, porque para esto se requeriría terminar con las emisiones de dióxido de carbono por completo. A pesar de esto, el proyecto se ha ampliado a las escuelas primarias neerlandesas. Así, los niños reciben educación ambiental que les permite ser sensibles a la situación climática, e involucrarse activamente en la solución del problema —al menos, a nivel local.
Sigue leyendo:
59 millones de hectáreas de bosque se regeneraron en los últimos 20 años
Descubren nuevas especies y otras que se creían extintas en un bosque de niebla en Bolivia
Los cabellos grises simbolizan el paso del tiempo, pero su origen se relaciona con más factores que solo la edad.…
La segunda luna de la Tierra está por partir para continuar su viaje cósmico. Antes de que lo haga, te…
Desde que el telescopio espacial James Webb ayudó a visualizarlos, los primeros agujeros negros supermasivos han sido todo un enigma.…
Con esto, los lobos etíopes se convierten en los primeros polinizadores carnívoros, de gran tamaño, de los cuales se tiene…
Las primeras bombas nucleares pusieron en marcha el Reloj del Apocalipsis. Desde entonces, sus manecillas se han movido, anunciado una…
Científicos obtuvieron la imagen de una estrella de fuera de esta galaxia. Es el acercamiento mejor logrado, en su tipo,…