Una de las necesidades más apremiantes para mantener las temperaturas del planeta a raya es disminuir las emisiones de carbono. Para evitar que la Tierra se siga calentando, la emergencia climática ha orillado a la ciencia y a la industria a buscar alternativas más ‘limpias’ para producir energía. Por esta razón, se ha apostado por los ‘minerales de la transición energética’: elementos que se encuentran en la naturaleza y son capaces de producir energía sin necesidad de usar combustibles fósiles.
Uno de los más codiciados en la actualidad es el litio. Aunque originalmente no se le prestaba atención a estos recursos, en años recientes han salido a relucir por sus potentes capacidades magnéticas, que promueven que las baterías de los coches eléctricos sean más duraderas y potentes. En América Latina, uno de los yacimientos más amplios se encuentra en el Salar de Atacama, al norte de Chile.
El salar rebosa en minerales de la transición energética. Por ello, la minería de litio en Chile ha visto un despertar único que, a pesar de contribuir a la generación de energías más sustentables, según explica Science News, representa una ‘amenaza mayor’ para las especies que habitan el espacio.
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Hay pocos espacios tan rebosantes de vida como el Salar de Atacama, en Chile. Aunque la minería de litio se está convirtiendo en una oportunidad multimillonaria para el desarrollo económico del país, los flamencos «dependen de salinas ecológicamente frágiles que bordean las altas montañas de los Andes», explica un estudio publicado en Proceedings of the Royal Society B.
Aunque la actividad minera es relativamente reciente en el país, dos especies de flamencos ya se han visto gravemente afectadas por la invasión humana a este refugio de la vida silvestre. Según un reporte de la Comisión Chilena del Cobre, el espacio ha sido atractivo para la inversión extranjera porque extraer el recurso es realmente barato:
«En la actualidad Chile es el principal productor mundial de químicos básicos de litio, gracias a la disponibilidad en el Salar de Atacama de los recursos de mejor calidad y de explotación al más bajo costo, lo que constituye su mayor fortaleza en el mercado internacional», explica la institución.
Actualmente, Estados Unidos y la Sociedad Chilena de Litio pueden explotar la minería en el Salar de Atacama. Sin embargo, esta bonanza económica potencial y el desarrollo de «tales tecnologías ‘verdes’ pueden tener potencialmente impactos negativos en la biodiversidad«, escriben los autores de la University of South Carolina en Columbia en el estudio.
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El desierto del Atacama es uno de los espacios más áridos del mundo. Sin embargo, cuenta con oasis en los que los flamencos y otras especies de aves habitan desde hace millones de años. Especialmente, porque se alimentan de las cianobacterias que florecen en los lagos de la región. Por esta razón, en la actualidad 3 especies únicas de flamenco dependen de la conservación de estas condiciones para subsistir.
El problema de la minería de litio en Chile —en términos de impactos ecológicos vitalicios— es que requiere de grandes cantidades de agua. Aproximadamente, estima Nathan Senner, ecólogo de población de la Universidad de Carolina del Sur en Columbia, «400 mil litros por tonelada«. Los desechos de estos procesamientos son altamente contaminantes, porque el agua residual tiende a ser radiactiva.
No sólo eso: la minería de litio requiere de explosiones a cielo abierto. Los metros cuadrados de tierra ya no se recuperan, y sus propiedades se pierden para siempre. Por la creciente necesidad de estos recursos que la industria demanda, en América Latina se ha identificado una región conocida como ‘el triángulo de litio’, constituido por Chile, Bolivia y Argentina.
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Sólo en el Salar de Atacama, en 30 años las poblaciones de flamencos se han mermado en miles de individuos. Si la industria avanza, estos grupos nativos difícilmente podrán recuperarse, ya que la contaminación de los cuerpos de agua harán que el espacio se vuelva inhóspito para ellos.
Aunque es cierto que la necesidad global de disminuir las emisiones de carbono es apremiante, parece ser que estas energías más ‘limpias’ tienen impactos ecológicos vitalicios para la biosfera. Conforme la necesidad de explotar la minería de litio en Chile aumente, «la amenaza para los flamencos solo puede aumentar«, concluyen los autores.
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