Múltiples aficionados de la ufología insisten en atribuirles propiedades de inteligencia alienígena. Sin embargo, la realidad dista mucho de estar relacionada con vida extraterrestre. Por el contrario, las nubes lenticulares son un fenómeno meteorológico común en los ecosistemas montañosos.
Como estas nubes se forman más abajo que otros cúmulos gaseosos, adquieren formas cilíndricas. Muchas veces, como si fueran platos cóncavos. Algunas veces, se apilan una encima de la otra, alrededor de picos nevados, antenas o incluso telescopios especializados, como sucedió recientemente en el Gemini Observatory de Hawai’i.
Sin embargo, su disposición depende de las condiciones meteorológicas y climáticas de cada lugar. Esto es lo que sabemos al respecto.
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Las nubes lenticulares son viejas conocidas del Monte Fuji, en Japón, así como de otros picos nevados en el mundo. El viento, la humedad y la temperatura local promueven que se formen seguido sobre el cráter del volcán, generando vistas únicas entre las prefecturas de Shizuoka y Yamanashi. Hay fotógrafos que pasan meses ahí sólo para esperar que estas formaciones gaseosas desciendan sobre sus fauces milenarias.
A pesar de que el fenómeno se ha estudiado ampliamente, existe la creencia errónea de que las nubes lenticulares están ligadas a apariciones alienígenas en la Tierra. Los funcionarios de la National Optical-Infrared de la Fundación Nacional de Ciencias, en Estados Unidos, son conscientes de esta desinformación.
Más aún después de la oleada de tuits y publicaciones en redes sociales que surgieron recientemente, con la formación que se produjo sobre el observatorio hawaiano:
«Si a primera vista pensaste que las formas blancas de la izquierda parecían un platillo volador, entonces no está solo. Las estructuras ovaladas blancas son, de hecho, hermosos ejemplos de nubes lenticulares», explicaron en un comunicado.
Los especialistas aseguran que este tipo de nubes se generan cuando, según documenta el Servicio Meteorológico Nacional, «los vientos rápidos chocan contra la ladera de una montaña u otra estructura alta«. Por eso, además, producen este efecto visual de más ondas, una sobre la otra.
A este fenómeno se le conoce como efecto Foëhn: turbulencias mecánicas de aire frío, que se posa sobre una atmósfera más cálida. Esto genera zonas ‘estacionarias’ en la atmósfera, que atrapan humedad y le da forma lenticular a la formación gaseosa. Así que, sí: los ufólogos quedarán decepcionados al enterarse que las nubes lenticulares, tristemente, no están formadas por alienígenas.
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