A pesar de ser el río más extenso de América Latina, sobre el Amazonas no se han construido puentes nunca. Ésta es la razón.
La cuenca del Río Amazonas es el sistema de drenaje más grande en el mundo, por su volumen y capacidad de filtración. Con 6 mil 400 kilómetros de largo, el tramo es «equivalente a la distancia de la ciudad de Nueva York a Roma», según documenta Britannica. A pesar de ser tan extenso, sobre su caudal nunca se han construido puentes. Lo más probable, además, es que nunca suceda algo así.
Perú, Brasil y Colombia —los países que el río atraviesa— han convenido no construir puentes sobre el Amazonas por una razón común. A diferencia del Cairo, que se posiciona como el más largo del mundo, la selva amazónica presenta obstáculos orográficos y políticos como ningún otro caudal en el mundo.
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Hogar de 1 de cada 10 especies conocidas en la Tierra
El Río Amazonas alberga al menos «1 de cada 10 especies conocidas en la Tierra«, según los registros de World Wildlife Fund (WWF). Así de rica es esta región de América Latina. A pesar de que, efectivamente, millones de personas habitan la cuenca amazónica, los asentamientos humanos contemporáneos están dispersos a lo largo del río, con escasas conexiones entre sí.
El caudal serpentea por áreas extensas que están escasamente pobladas aún hoy. Por ello, también hay poca infraestructura carretea que comunique estos poblados selváticos. Incluso a pesar de que, en las laderas del río, alrededor de 30 millones de personas han establecido sus hogares, en el Amazonas no hay puentes para cruzar de un lado a otro:
«No hay una necesidad suficientemente apremiante de un puente a través del Amazonas», explica a Live Science Walter Kaufmann, presidente de Ingeniería Estructural en el Instituto Federal Suizo de Tecnología (ETH) de Zúrich.
Además, construir en medio de una de las selvas más tupidas del mundo presenta un grado de dificultad elevado. Con todo lo anterior, los tres países han convenido omitir este tipo de infraestructura pública. Por el contrario, la profundidad de algunos tramos del río es tal, que construir puentes para cruzar el Amazonas se vuelve una tarea titánica, añade Kaufmann.
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Sin árboles que acompañen al caudal
El reporte más reciente de WWF asegura que, desde el año 2000, la lluvia en el Amazonas ha decrecido en un alarmante 69 %. En poco más de 20 años, la deforestación ha sido tan intensa en la selva que, de continuarse esta tendencia, casi el 30 % del bioma amazónico se quedará sin árboles al término de esta década.
A pesar de ser la selva tropical más grande de la Tierra, la actividad industrial, la gentrificación y la agricultura han terminado con miles de hectáreas desde hace diez años. Cada vez más celeridad, el área que antaño estaba recubierta de diversidad hoy produce más dióxido de carbono del que puede procesar anualmente.
Con todo lo anterior, alzar puentes sobre el Amazonas no sólo es un sinsentido, sino que atenta contra la conservación de una de las reservas naturales más diversas en el planeta. Afortunadamente, todo apunta a que no sólo es prácticamente imposible a nivel ingenieril —sino que no es necesario.
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