El cambio climático es la emergencia más apremiante que aqueja a la biosfera actualmente. Pero, ¿qué es, y cómo podemos enfrentarlo?
Las imágenes de catástrofes ya inundan los medios de comunicación, las redes sociales, las noticias. Incendios forestales monstruosos, inundaciones incontenibles y sequías que no se habían visto en más de mil años figuran entre los escenarios más alarmantes. Aunque pudieran parecer contradictorios entre sí, todos estos fenómenos van en aumento, y tienen un mismo origen: el cambio climático global.
«Crisis climática», «calentamiento global» y «cambio climático» están entre las maneras en las que nos referimos a esta serie de modificaciones ambientales provocadas por la actividad humana industrial. Sin embargo, estos términos no son sinónimos. Aquí te explicamos qué significa cada uno, qué impacto tiene en el planeta y si se puede hacer algo realmente al respecto.
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En resumen: ¿qué es el cambio climático?
Antes que nada, valdría la pena establecer que el cambio climático es real. La crisis climática global es quizá la más apremiante que nos aqueja en nuestros días. Durante décadas, instituciones de talla global lo trataron como un asunto a resolver en el futuro. Sin embargo, la Organización de Naciones Unidas considera que el tiempo ya se nos acabó.
El discurso que se tenía a principios de milenio de «dejar un mundo mejor para las generaciones futuras» sencillamente no es suficiente: ya estamos viviendo estragos potentes de la crisis climática global, a raíz de la pérdida de la diversidad biológica en la Tierra.
En gran medida, apunta la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en, a causa de la presión que los seres humanos hemos ejercido durante más de un siglo sobre el medio ambiente:
«El cambio climático es modificación del clima que ha tenido lugar respecto de su historial a escala regional y global. Se trata de cambios de orden natural, pero actualmente, se les asocia con el impacto humano sobre el planeta», según lo define la institución en Ciencia UNAM.
Aunque generalmente asociamos el cambio climático al deshielo de los polos, ésta no es la única consecuencia en el alza de las temperaturas del planeta. Por el contrario, es una de las varias consecuencias que la actividad industrial desmedida ha traído sobre los diversos ecosistemas que existen todavía en la Tierra.
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¿Cuáles son sus causas y consecuencias?
Cambio climático y calentamiento global no son sinónimos. Por el contrario, el primer término hace referencia a una serie de fenómenos meteorológicos, ecológicos, económicos, políticos y sociales en torno a una crisis de cambio en las condiciones climáticas de la Tierra. Como tal, el alza en las temperaturas del planeta es sólo una parte de todo el problema, según explica la NASA.
Aunque es una realidad que nuestro planeta ha sufrido metano—, la destrucción de diversos ecosistemas y la explotación irresponsable de recursos naturales.
El caso más sonado es aquel de los casquetes polares, cada vez más delgados y reducidos. Sin embargo, los polos no son los únicos reguladores del clima. Por el contrario, la pérdida dramática de la selva amazónica también es un indicador de qué tan grave es la presión que ejercemos, por la agenda política y económica de los países, sobre el medio ambiente.
Algunos impactos de la crisis climática
El más preocupante de los cambios que la Tierra experimenta por el cambio climático es el aumento en 1.1 grados centígrados en la temperatura global. Aunque no parece mucho, la realidad es que se traduce como un cambio en los filtros biológicos de nuestro planeta, que había gozado de estabilidad durante millones de años.
De acuerdo con el Programa Ambiental de la Organización de Naciones Unidas (UNEP, por sus siglas en inglés), se manifiestan «en el aumento de la frecuencia y magnitud de los eventos climáticos extremos de olas de calor, sequías, inundaciones, tormentas de invierno, huracanes e incendios forestales».
Científicos de diversas especialidades evocan su quehacer profesional a analizar estas pérdidas, que impactan directamente en la vida como la conocemos en la actualidad. Éstas son algunas de ellas:
- El 30 % de la población mundial está expuesta a olas de calor mortales más de 20 días al año.
- El 2019 fue el año más caluroso registrado en la historia contemporánea del planeta.
- El norte del continente americano enfrenta una megasequía generalizada; la más severa en 1,200 años.
- En lugar de nieve, Groenlandia enfrenta lluvias sobre sus glaciares por primera vez en la historia.
Con todo lo anterior, los compromisos a nivel político que se han hecho han demostrado ser insuficientes para hacer frente a la crisis climática global, asegura la ONU. Sobre todo, en torno a las emisiones contaminantes del clima, que vienen del uso excesivo de combustibles fósiles. Estos son los principales responsables de que el planeta esté cada vez más caliente.
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¿Se puede hacer algo realmente?
La ONU organizó por medio de su Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en México una serie de conferencias en línea. En ellas, se trataron los asuntos que atañen a los mandatarios de todo el mundo en materia medioambiental, en el marco de su proyecto global más reciente, la Década de la Restauración:
«El Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas tiene por objetivo prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas en todos los continentes y océanos; así, se puede ayudar a erradicar la pobreza, combatir el cambio climático y prevenir una extinción masiva. Su éxito depende de la colaboración de todos. », detalla la institución en su portal oficial.
Qué tan complicado será rescatar y restaurar cada ecosistema, por supuesto, depende del daño que se le ha inflingido, y qué tan accesible es para los seres humanos. Haciendo un símil con el cuerpo humano, lo que la ONU pretende en los próximos diez años es sanar las zonas enfermas del planeta, de manera que recuperen su funcionalidad intrínseca. De esta forma, la pérdida de la diversidad descenderá significativamente, y el cambio climático se ralentizará de manera definitiva.
Aún así, hay poblados costeros que ya enfrentan las consecuencias de las alzas en los niveles del mar. Algunas ciudades han desaparecido por completo. Quizá, sea un vistazo nada más a lo que nos espera en el futuro próximo, de no revertir la tendencia de manera inmediata y definitiva.
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