Los ríos entubados de la Ciudad de México ahora dan nombre a avenidas que evocan el pasado lacustre. Sobre el río Churubusco, La Piedad y Consulado ahora cruza el cauce torrencial de miles de autos.
Miles de vehículos atraviesan diariamente los ríos históricos de la Ciudad de México, el cruce no es a través de sus aguas, sino sobre el pavimento que los sepultó hace décadas. Estos cauces entubados, convertidos en drenaje, aún fluyen en las bóvedas en las que quedaron atrapados y solo algunos de tramos pueden ser vistos. El crecimiento descontrolado de la urbe lo ha devorado todo a su paso, incluyendo el cauce de estos ríos y parte de su historia lacustre.
Te sugerimos: Esta fue Tenochtitlan, la antigua capital imperial mexica que dominó gran parte de Mesoamérica
Ríos entubados en la Ciudad de México
A partir de 1930, la población de la Ciudad de México experimentó un crecimiento explosivo, cuando alcanzó el millón de habitantes. Desde entonces, fueron llegando cada vez más y más personas, y hacia 1950, la ciudad enfrentaba múltiples desafíos como la sobrepoblación y las inundaciones, carencia de servicios públicos, vialidades e infraestructura de drenaje. A esto se sumó la pérdida de zonas agrícolas y problemas sanitarios debido al mal uso de ríos y canales.
Ver esta publicación en Instagram
Frente a estas problemáticas, las autoridades emprendieron proyectos para abordarlas. Una iniciativa consistió en entubar los cuerpos de agua que desde hacía mucho tiempo habían dejado de ser de aguas cristalinas y se habían convertido en depósitos de corrientes residuales. Durante años, los afluentes fueron focos de infección, utilizados como sanitarios, basureros, lavaderos, y a las orillas se establecieron poblaciones consideradas cinturones de miseria.
Entre 1954 y 1967, hubo un despliegue de obras que terminaron sepultando los ríos icónicos que alguna vez atravesaron parte de la ciudad. El río de la Piedad fue el primero en desaparecer de esta forma para construir el primer viaducto y dar paso al caudal de autos. Lo mismo sucedió con los ríos Churubusco, Consulado y Mixcoac, que alguna vez descargaron sus aguas en el lago de Texcoco.
También puedes leer: La capital imperial vuelve a la vida: Explora la reconstrucción 3D de Tenochtitlan
El urbanismo sobre el pasado lacustre de Tenochtitlan
En el siglo XIV, Tenochtitlan fue fundada sobre el agua, rodeada por una vasta área lacustre que se extendía desde Zumpango hasta Chalco y desde Texcoco hasta Tacuba. La ciudad obtenía agua potable de numerosos ríos, lagos y manantiales, tales como los de Chapultepec, Santa Fe, el Desierto de los Leones y Xochimilco. En el siglo XX, las fuentes de abastecimiento fueron reemplazadas, lo que resultó en un desperdicio de agua limpia proveniente de los ríos, que también quedaron marginados y reducidos a cauces de aguas negras y residuales.
“Las “modernas” concepciones urbanísticas para construir la ciudad se han fundamentado en utilizar los ríos y sus lagos como drenajes”, escribió el urbanista mexicano Jorge Legorreta en Los ríos de la ciudad de México: pasado, presente y futuro. “Nos guio, y nos guía todavía, la falsa modernidad basada en destruir todo vestigio de naturaleza que se opone al predominio del automóvil. La prioridad de “más autos y menos agua” sigue determinando gran parte de las políticas públicas gubernamentales, pues continúan los entubamientos de ríos que, ya contaminados, en la parte baja se siguen transformando en modernas vialidades”.
Los cauces naturales del pasado lacustre de la Ciudad de México solamente se conservan en las zonas montañosas que rodean al valle de México, menciona también el doctor en Ingeniería hidráulica Ramón Domínguez Mora. “Los ríos que cruzan la zona urbana han sido entubados para evitar el contacto de la población con las aguas negras”.
Te puede interesar: Expertos confirman la ubicación de uno de los barrios más antiguos de Tenochtitlan en la Merced
El río Magdalena, el único río vivo de CDMX
El río Magdalena actualmente es el único caudal considerado “vivo” en la Ciudad de México, aunque una parte también fue entubada. A los embates de la urbanización aún resisten canales y partes de los ríos capitalinos que corren en la “periferia” y que desaparecen cuando más cerca están del centro de la ciudad.
“Hoy es la única corriente natural de agua que aún es perceptible en la ciudad, pues el resto fue entubado derivado de un proceso que inició en los años cincuenta del siglo pasado. Pero no goza de buena salud”, reconoce el gobierno de la Ciudad de México sobre el río Magdalena.
Uno de los últimos ríos entubados en la Ciudad de México fue el de los Remedios, que quedó encapsulado entre tuberías bajo el argumento, como sucedió hace varias décadas, de evitar inundaciones y reducir la contaminación por aguas negras. Otros cauces que desaparecieron bajo el concreto fueron el río San Juan de Dios, en la zona de Tlalpan, el Canal de Miramontes, en una extensión de 1.7 kilómetros, el río Tacubaya y el río San Ángel, también conocido como río Chico o Tizapán.
Sigue leyendo:
Así es el ahuejote, el icónico árbol sagrado de la región acanalada del Valle de México
Códice Borgia: El documento prehispánico que ha sobrevivido al fuego y al agua por más de 500 años
México está «plantando» nubes artificiales en el cielo para combatir la sequía extrema del país
Xoloitzcuintle: El legendario perro mexicano que ayudaba a los muertos a cruzar el Mictlán