El arrecife de coral de Florida, el único arrecife tropical en el territorio continental de Estados Unidos, está desintegrándose más rápidamente de lo que anticipaban los científicos, y el proceso se acelerará conforme aumente la acidificación de los océanos, afirmó una nueva investigación.
Científicos de la Universidad de Miami calificaron el colapso del esqueleto de caliza del arrecife, un hábitat crítico para los peces, como un fenómeno «sin precedentes» y «motivo de alarma».
«Muchos científicos pensaban que la acidificación del mar representaría un problema hasta 2050 o 2060» dice Chris Langdon, profesor de biología marina en la Escuela Rosenstiel de Ciencias Marinas y Atmosféricas, en la Universidad de Miami. «Pero está ocurriendo ahora. Acabamos de perder 35 años que creíamos tener para cambiar la situación», agregó.
La acidificación del mar ocasiona que el esqueleto del arrecife (hábitat crítico para los peces) se degrade rápidamente, según nuevos datos científicos.
Los arrecifes de coral de todo el mundo han estado en decadencia desde hace décadas. Las causas son muchas, desde la contaminación y la destrucción provocada por el hombre hasta eventos de blanqueamiento precipitados por el aumento de la temperatura marina.
Pero ahora, la acidificación que ocurre cuando los océanos absorben dióxido de carbono de la atmósfera, podría resultar una amenaza aún más mortífera, porque si bien los corales pueden recuperarse de eventos de blanqueamiento, se espera que la acidificación del mar aumente conforme el clima se caliente.
«Los eventos de blanqueamiento son un problema agudo debido a periodos de calor» explica Langdon. Mas la acidificación es crónica; dura los 365 días del año. Por esa razón debemos reducir las emisiones de dióxido de carbono lo antes posible.
Para el estudio, Langdon y un equipo de investigadores recogió muestras de agua en 2009 y 2010 a lo largo de una sección de 200 kilómetros del arrecife de Florida, desde el norte de la Bahía de Biscayne hasta el Santuario Marino Nacional de Cayo Looe. Dicho cayo recibió ese nombre por el barco HMS Looe, que encalló allí en 1744.
Las muestras demuestran que la piedra caliza, el fundamento esquelético del arrecife, se degrada en otoño e invierno más rápidamente de lo que coral puede producir nueva caliza en primavera y verano. Por consiguiente, algunas partes del arrecife, sobre todo en los Cayos Superiores (Upper Keys), que se encuentran más cerca de Miami, han llegado a lo que Langdon denomina el «punto de inflexión».
«El arrecife necesita producir, anualmente, cierta cantidad de carbonita para mantenerse en su sitio» explica. Si produce más, crece. Cuando llega a cero, se mantiene sin cambios. Cuando pasa a negativo, es entonces cuando empieza a desgastarse.
Según cifras de la Universidad de Miami, el arrecife de Florida proporciona un ingreso de 7.6 mil millones de dólares derivado del turismo y la industria pesquera comercial.
El estudio, publicado en Global Biogeochemical Cycles, una revisa de American Geophysical Union, fue el primero en su tipo que rastreó el colapso de la estructura del arrecife a largo plazo. La investigación no determinó si los Cayos Superiores son más vulnerables a la desintegración por encontrarse más próximos a las 2.6 millones de personas que viven en las inmediaciones, o porque la temperatura del agua es ligeramente más fría en los Cayos septentrionales (cuanto más fría es el agua, más CO2 disuelve).
Los arrecifes de todo el mundo ocupan menos de uno por ciento del fondo marino, pero proporcionan hábitat a una cuarta parte de los peces del planeta.
La Gran Barrera de Coral de Australia, sitio de Patrimonio de la Humanidad, es tan vulnerable a la acidificación del océano que los científicos predicen que grandes partes del arrecife (el más grande del mundo) habrán muerto para mediados de la década de 2030.
Un estudio aéreo de la Gran Barrera, llevado a cabo por el Consejo de Investigación Australiano y anunciado la semana pasada, reveló eventos de blanqueamiento masivos en el arrecife durante el presente año.
Langdon y otros investigadores han trabajado desde hace años para encontrar el tipo de corales que pueden adaptarse y sobrevivir en las nuevas condiciones marinas. Esos corales más fuertes podrían trasplantarse a los arrecifes enfermos para ayudarlos a recuperarse. Ahora dice que los nuevos hallazgos plantean graves inquietudes sobre las posibilidades de éxito de esos esfuerzos.
«Encontrar especies más adaptativas no será la solución definitiva» informa. La única manera de prevenir, es prevenir la acumulación de CO2 en la atmósfera.
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