Los que no logran escapar, mueren de asfixia. Los demás, deben desplazarse a otras partes del planeta. Así son las zonas muertas en los mares.
Las zonas muertas en los mares no son nuevas. Se estima que, desde que los mares existen, hay ‘desiertos de vida’ producidos por una concentración muy baja de oxígeno en las aguas saladas, que no permite que las especies florezcan ahí. Sin embargo, una tendencia creciente en el norte del Golfo de México da indicios de que la actividad humana podría estar ampliando estas regiones inhóspitas en espacios donde antiguamente había biodiversidad.
Los mares no son los únicos
Es una realidad que las ‘zonas muertas‘ más extensas se encuentran en los océanos del mundo. De hecho, este fenómeno data desde el Pleistoceno, hace aproximadamente 1.2 millones de años. Sin embargo, la sobreproducción de nutrientes en algunos cuerpos de agua dulce está terminando con la vida silvestre que depende de esos ecosistemas para vivir. El fenómeno opera de la siguiente forma:
Cuando empresas multinacionales vierten químicos al agua, según The National Ocean Service en Estados Unidos, el exceso de nutrientes estimula el crecimiento y expansión de ciertas algas microscópicas. Al morir, el proceso de descomposición de estos organismos consume mucho del oxígeno disponible en el entorno, dejando a las demás especies sin un abastecimiento adecuado.
Debido a la hipoxia —o carencia de oxígeno suficiente—, los animales no pueden respirar con normalidad. Los que no logran escapar, mueren de asfixia. Los demás, deben de ser desplazados a otras partes del planeta, con la esperanza de poder recuperar las condiciones de vida necesarias para garantizar su bienestar y salud en libertad.
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Mortalidad en masa en las zonas muertas
Las aguas hipóxicas de las ‘zonas muertas’, hoy en día, se ubican en mucho mayor medida en las aguas dulces que saladas. Un estudio reciente publicado en Science Advances revela que, aunque el Pacífico ha presentado este fenómeno desde la Prehistoria, las transformaciones medioambientales antropogénicas están acelerando el crecimiento de estas regiones sin vida.
En consecuencia, muertes en masa de diversas especies marinas y acuáticas se presentan con mayor celeridad año con año. De acuerdo con la especialista en vida oceánica Ana Christina Ravelo, de la Universidad de California, Santa Cruz (UC Santa Cruz), este tipo de cambios mortales se presentan cuando el planeta se calienta:
«Estos eventos hipóxicos abruptos son en realidad comunes en el registro geológico y no suelen estar asociados con la desglaciación. Casi siempre ocurren durante los períodos interglaciares cálidos, como en el que estamos ahora», destacó la experta.
Aunque, contraintuitivamente, las zonas muertas son parte de la vida, todavía no se tiene muy claro qué tan extensas fueron en el Pacífico norte durante la Prehistoria. Conocer más al respecto podría aportar información valiosa sobre cómo revertir los desiertos de vida generados a partir de la actividad humana, según piensa Ravelo.
Además de que el cambio climático está incidiendo en el alza de las temperaturas marinas, la contaminación generada por los seres humanos ayuda a la expansión de estos territorios en donde nada crece. Al respecto, Peter Dockrill, editor adjunto de ScienceAlert, señala que «esas instantáneas del pasado del océano podrían convertirse en una ominosa vista previa de la escala de las zonas muertas del mañana«.
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