Cada constelación tiene estrellas protagónicas, más brillantes que el resto. En el caso de Escorpión, la gigante roja Antares se lleva las miradas.
Escorpión es una de las constelaciones más fáciles de localizar en la bóveda celeste, pues se encuentra cerca del centro de la Vía Láctea. Ubicada entre Libra y Sagitario, Escorpión posee algunas de las estrellas más brillantes del cielo nocturno. Tal es el caso de Antares, una gigante roja que es el corazón de esta constelación.
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El corazón de Escorpión
En medio de la constelación, Antares brilla entre Tau Scorpii y Sigma Scorpii. Estas estrellas forman un sistema estelar: Al Niyat que en árabe quiere decir ‘venas’. Esta visión de las estrellas como partes del cuerpo de un escorpión vuelven a Antares el corazón de la constelación.
A 550 años luz de distancia de nuestro sol, Antares es visible desde la Tierra a simple vista. Durante el año, su cercanía con el Sol juega un papel importante para que la estrella pueda ser apreciada desde ambos hemisferios de la Tierra. En los últimos días noviembre, por ejemplo, es imposible encontrarla en el cielo desde el hemisferio norte porque está en conjunción con el Sol.
La gigante roja
Conforme avanza las ciencia, sus descubrimientos amplían el panorama de lo que creíamos que sabíamos. Los hallazgos no dejan de lado a los cuerpos celestes. Los instrumentos de observación del espacio se han ido perfeccionando, dándonos cada vez más detalles sobre el universo. En el caso de la observación de Antares, nos demostraron que la gigante roja es más grande de lo que pensábamos.
«El tamaño de una estrella puede variar dramáticamente según la longitud de onda de luz con la que se observe,» explica Eamon O’Gorman un investigador del Instituto de Estudios Avanzados de Dublin, en Irlanda. «Las ondas más largas del VLA nos mostraron un atmósfera de la supergigante casi 12 veces más grande que radio de la estrella»
VLA: Very Large Array. Los VLAs son observatorios radioastronómicos que permiten conocer mejor los rincones del cosmos.
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