La estructura del chorro lanzado por un agujero negro supermasivo obliga a los científicos a hacer una actualización de los modelos teóricos.
Los blázares son una fuente de energía continua. Se encuentran, además, entre las emisiones de radiación más potentes del Universo. Ahora, por primera vez, los científicos han logrado obtener la imagen de mayor resolución hasta la fecha de uno de estos fenómenos. A su vez, con ello se ha revelado la estructura interna de este chorro lanzado por un agujero negro supermasivo.
El artículo que da cuenta del estudio al cual corresponde este hallazgo fue publicado en la revista Natura Astronomy. Los investigadores, autores del trabajo, fueron encabezados por el Instituto de Astrofísica de Andalucía, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IAA-CSIC).
Una observación sin precedentes
En concreto, los científicos hicieron sus observaciones gracias a RadioAstron, “un radiotelescopio en órbita capaz de alcanzar distancias cercanas a la Luna, y a una red de veintitrés radiotelescopios repartidos por toda la Tierra”, señaló Antonio Fuentes, investigador del IAA-CSIC, que encabezó el proyecto.
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Apoyados en este instrumento, los responsables dirigieron su atención hacia el chorro de la galaxia 3C 279. El resultado fue una observación sin precedentes, por el nivel de resolución con el cual fue captada la emisión de energía. Pero algo que también marcó “un antes y un después” en los trabajos en torno a estos eventos astronómicos fue el descubrimiento de la forma del chorro: filamentos helicoidales con una estructura de doble hélice.
Nuevos modelos para comprender el Universo
Entonces, el chorro de 3C 279 muestra una compleja estructura compuesta por al menos dos filamentos helicoidales, misma que va desde cerca del núcleo hasta más hasta más de 570 años luz de distancia. Esta formación, nunca antes vista, obliga a los científicos a hacer actualizaciones de los modelos teóricos.
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«Las propiedades de los filamentos helicoidales nos permiten concluir que están originados por inestabilidades en el plasma que componen los chorros. Sumando todos los ingredientes, descubrimos que el modelo usado durante cuatro décadas para explicar la variabilidad en radio asociada a los chorros no funciona en este caso, por lo que proponemos un modelo alternativo para explicarla, que tiene en cuenta las estructuras recién observadas», indica Antonio Fuentes.
Por ahora, los investigadores concluyen que sus hallazgos, junto a otros recientes, sugieren que los chorros de los blázares presentan una estructura interna bastante compleja, más allá de las morfologías en forma de cono observadas en los estudios de menor resolución.
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