La nueva carrera espacial protagonizada por las empresas aeroespaciales privadas está contaminando como nunca antes el cielo nocturno: con poco más de 7,900 objetos orbitando actualmente la Tierra, las constelaciones de satélites destinadas principalmente a ofrecer internet satelital están interfiriendo cada vez más las observaciones astronómicas desde nuestro planeta.
Con un cielo cada vez más iluminado y transitado, seguir objetos de espacio profundo y estudiarlos desde observatorios terrestres es cada vez más complicado, lo mismo que captar sus ondas a través de radiotelescopios.
El problema de las constelaciones de satélites que interfieren con observaciones astronómicas desde la Tierra no es nuevo: apenas dos días después de la primera puesta en órbita de una constelación de 60 satélites como parte del proyecto Starlink de SpaceX en mayo de 2019, el Observatorio Lowell en Arizona captó el tren de constelaciones interponiéndose en una fotografía del grupo de galaxias NGC 5353/4.
Desde entonces, tanto la IAU como la Sociedad Astronómica Estadounidense (AAS) mostraron su preocupación por mantener los cielos libres de contaminación. En un comunicado, la IAU explicó que la necesidad de “un cielo oscuro y libre de señales de radio no solo como algo esencial para avanzar en nuestra comprensión del Universo del cual formamos parte, sino también como un recurso para toda la humanidad y para la protección de la vida nocturna”.
A principios de febrero de 2022, la IAU anunció la creación del nuevo Centro para la Protección del Cielo Oscuro y Tranquilo de la Interferencia de Constelaciones de Satélites, un frente común para poner un alto a la contaminación provocada por las megaconstelaciones en órbita baja.
Según un comunicado de la IAU, la misión del nuevo Centro es “coordinar los esfuerzos y unificar las voces de la comunidad astronómica mundial con respecto a la protección del cielo oscuro y tranquilo de la interferencia de las constelaciones de satélites”.
El Centro para la Protección del Cielo Oscuro y Tranquilo de la Interferencia de Constelaciones de Satélites también pretende fungir como una organización donde se concentre conocimiento para desarrollar y compartir software capaz de mejorar las imágenes de espacio profundo y ‘limpiarlas’ del rastro de constelaciones de satélites.
“La visión del Centro es convertirse en la voz principal de los asuntos astronómicos relacionados con la protección del cielo oscuro y tranquilo de las constelaciones de satélites y actuar como un centro de información y recursos a los que cualquier grupo de partes interesadas podrá contribuir y de que pueden obtener en apoyo de sus propias actividades”, explica la IAU en un comunicado.
Si bien algunas compañías como SpaceX han anunciado su interés por reducir la reflectividad de sus constelaciones de satélites desde hace un par de años, los esfuerzos aún no son suficientes para asegurar que los satélites no interfieran con la observación del espacio, especialmente con una industria incipiente, con decenas de nuevos lanzamientos y proyectos en puerta programados para la próxima década.
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