La exploración del espacio profundo es cada vez más asequible. En una entrevista exclusiva con National Geographic en Español, la astrofísica Begoña Vila nos cuenta sobre su papel en la misión del James Webb de la NASA y cómo ella y su equipo hicieron posibles las imágenes que han dejado al mundo atónito.
Begoña es la ingeniera jefe en sistemas del telescopio espacial y lleva 17 años trabajando en el proyecto. Ella se encarga de dos de los dispositivos que conforman el instrumento de observación. Uno de ellos es el que nos ha permitido ver increíbles imágenes, se trata del instrumento de guía. Pero ¿cómo funciona?
«Cuando el telescopio quiere mirar una parte del cielo, una parte del espacio, para observar alguno de los objetos que se han estado viendo, es necesario encontrar una estrella donde tu puedas buscarla, engancharla y mantener la posición de esa estrella súper fija en el espacio para que las imágenes salgan sin que se muevan,» explica la astrofísica.
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La doctora Vila compara el proceso con los antiguos navegantes que usaban estrellas para guiarse y poder llegar a su destino. De todas las estrellas que hay en el Universo conocido, el equipo escoge la más indicada para ser la guía. Después, en una delicada tarea de precisión, dan la ubicación de esa estrella 16 veces por segundo, lo que les permite saber si el telescopio se está moviendo y corregir su curso.
«Es lo mismo que si quieres hacer una foto con una cámara aquí en la Tierra y tu estás moviendo la cámara, la foto te va a salir movida. Entonces este instrumento de guía hace el efecto de nosotros [de] mantener las manos quietecitas y muy justas,» cuenta Vila.
Sin embargo el James Webb no sólo captura imágenes fuera de nuestro Sistema Solar. Cuando mira hacia adentro, el mecanismo debe funcionar de una manera distinta, pues los planetas se mueven y orbitan alrededor del Sol, por lo que anclarnos a una estrella haría que perdiéramos de vista al astro. En ese caso, el telescopio se programa de acuerdo con lo que sabemos del movimiento del planeta objetivo.
«Hacemos que el telescopio se mueva como se mueve el planeta,» narra la doctora Begoña. «Lo que eso consigue es que en el instrumento de ciencia el planeta esté quieto porque nosotros seguimos al planeta todo el tiempo.»
Para Begoña, trabajar en el proyecto ha sido increíble. Relata que trabajar con todas las personas que conforman el equipo es como estar con una gran familia unida por su amor al espacio. Entre los integrantes de la misión, saben que el telescopio es histórico y que lo que nos ha mostrado durante este año en el espacio es sólo una probadita de lo que está por venir.
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