Así se prepara un astronauta, física y mentalmente, para ir al espacio exterior por largos periodos de pruebas y confinamiento.
El sueño de convertirse en astronauta es uno de los más comunes entre niños y niñas de todo el mundo. Ciertamente este trabajo se nos pinta como una aventura constante y, además, como un privilegio del cual pocos gozan. No obstante, es necesario señalar que lo anterior es solo la punta del iceberg, pues por debajo de los resultados que vemos, y de la provocante experiencia, existe un proceso arduo que, con sinceridad, no está diseñado para todos. Por eso, vale la pena hacer una breve revisión al cómo se prepara un astronauta para ir al espacio exterior.
Antes de contestar la pregunta, es necesario señalar que los procesos de preparación y selección, para los viajeros del espacio, pueden variar de una agencia espacial a otra. Debido a ello, lo que se presenta aquí responde a lo más básico y general, no a las especificaciones de cada una de estas entidades. Sin embargo, sí tomamos como referencia algunos datos brindados por ellas para ilustrar mejor ciertos casos.
¿Cómo se prepara un astronauta para ir al espacio?
Físicamente
Convertirse en astronauta no es nada fácil, se requiere tener conocimientos y habilidades específicas. Es común, por ejemplo, que exista una previa formación militar. Esto se veía desde los tiempos de la carrera espacial. Incluso con ello, los proceso de selección nos dejan en claro cuán difícil es integrarse a la tripulación de una nave. Tenemos el ejemplo de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), agencia que en 2021 eligió solamente a 10 candidatos de los más de 12 mil que aplicaron pruebas.
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Cabe mencionar que los seleccionados, aparte de pasar correctamente las evaluaciones, necesitan estar en un buen estado de salud. Las revisiones que hacen los médicos aeroespaciales están enfocadas, principalmente, a ver que los candidatos no padezcan alguna condición o enfermedad que pueda comprometer el desarrollo de la misión. La visión y el sistema respiratorio se cuentan entre aquellas áreas que más requieren de un funcionamiento óptimo.
Entrando en materia, podemos decir que la ingravidez o microgravedad que experimenta el cuerpo humano más allá de las fronteras terrestres tiene como uno de sus efectos la relajación extendida por todos los músculos. Así que por principio de cuentas, los astronautas son personas que requieren someterse a intensos entrenamientos físicos con el propósito de fortalecer estas estructuras. De lo contrario, se verían demasiado vulnerables a palidecer en su objetivo por motivo de la desorientación y el debilitamiento extremo.
Con respecto a lo último, la NASA explica que sus astronautas practican ejercicios de fortalecimientos del tronco antes, durante y después de las misiones. Mientras que están en la Tierra, estas actividades se ven representadas por atletismo, natación, levantamiento de pesas o ejercicios de piso.
Debido a las emergencias a las cuales toda misión espacial es vulnerable, sobre todo en el despegue y aterrizaje, los astronautas se ven en el compromiso de entrenarse en paracaidismo, en sobrevivencia en el mar, en la selva y en el desierto. La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) hace énfasis en este punto.
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Añadamos también que los ensayos de la misiones son típicos, ya que es preciso tener una imagen clara de cómo se va a ejecutar el acto. Sobre ello, la ESA explica que los astronautas entrenan en al agua llevando su traje espacial y trabajando sobre módulos de tamaño real, logrando una forma de simulación.
Por último, la dieta de los astronautas se compone de productos que han sufrido algún tipo de tratamiento para garantizar su buen estado. Los alimentos ingeridos, de preferencia, no deben sumar más de 2 mil 500 calorías diarias. De igual modo, los líquidos en abundancia son indispensables.
Psicológicamente
«Psicológicamente, la misión puede ser desgarradora sin un apoyo emocional desde la Tierra. La comunicación con el equipo, amigos y familia, se vuelve una necesidad imperante para mantener a flote la salud mental», menciona el Dr. Alejandro Farah Simón, miembro del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Programa Espacial Universitario (PEU).
Básicamente, la preparación psicológica de los astronautas va encaminada a la resistencia al confinamiento y al respeto a la cadena de mando. Trabajar de cerca con ellos, desde un apoyo en este sentido, se vuelve fundamental para obtener los mejores resultados. A la fecha, los ejercicios de mindfulness y el desarrollo de la inteligencia emocional son precisos en el ideal del trabajo en equipo que se necesita allá arriba.
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