Esta noche, las Alfa Centáuridas alcanzan su actividad máxima y la lluvia de estrellas se podrá observar en toda Sudamérica.
Las Alfa Centáuridas son una lluvia de estrellas de intensidad baja pero impredecible, que aparece a finales de enero y alcanza su mayor actividad en la primera mitad de febrero.
Según la Organización Internacional de Meteoros, las Alfa Centáuridas ingresan a la atmósfera a unos 56 kilómetros por segundo y la lluvia de estrellas se mantiene activa desde el 31 de enero hasta el 20 de febrero, con un punto de actividad máxima en la noche del 8 de febrero, cuando será posible observar una media de 6 meteoros por hora en un cielo despejado y sin contaminación lumínica.
Esta lluvia de estrellas se aprecia mejor desde el hemisferio sur. Mientras más austral se encuentre el observador, mejores serán las oportunidades para observar algún meteoro en una noche despejada.
Cómo ver la lluvia de estrellas Alfa Centáuridas
En Sudamérica, será posible observar algunas Alfa Centáuridas una vez que caiga la noche. Y aunque en los países más cercanos al ecuador habrá que esperar hasta la madrugada para observar algún meteoro; en Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay y el Sur de Brasil el espectáculo comenzará desde la puesta de Sol.
Como su nombre lo indica, el radiante de las Alfa Centáuridas (la región en el cielo nocturno desde donde parecen irradiar la mayoría de meteoros) es la constelación de Centaurus, que aparecerá en dirección sur-sureste para el observador desde el hemisferio sur. Sin embargo, como en todas las lluvias de estrellas, los meteoros pueden aparecer en cualquier lugar de la bóveda celeste y desaparecer en cuestión de segundos.
En Centroamérica, México, Estados Unidos y Canadá, la constelación Centaurus aparecerá muy cerca del horizonte y por lo tanto, las Alfa Centáuridas no serán visibles en el cielo nocturno.
Una lluvia de estrellas impredecible
A pesar de que no es considerada una lluvia de estrellas mayor, durante su punto máximo, las Alfa Centáuridas pueden cuadruplicar su actividad por hora durante breves lapsos, alcanzando hasta unos 25 meteoros por hora.
De ahí que para disfrutarlas, lo mejor sea encontrar un sitio con la menor contaminación lumínica, como las áreas rurales y los espacios fuera de las grandes ciudades. Si las condiciones del cielo acompañan, el siguiente paso es encontrar una postura cómoda, con el campo de visión más amplio posible hacia la bóveda celeste.
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