Un proceso natural en la vida del Sol es uno de los factores que con mayor seriedad ha sido revisado para determinar el fin de la Tierra.
Pocas cosas están tan seguras como el hecho de que todo tiene un final. Día a día hay pruebas de que esto es una realidad que toca afrontar en algún momento. La incertidumbre, aquí, yace en el “cuándo”. Al respecto, la humanidad lleva preguntándose, desde antaño, cómo será el fin de nuestro planeta. Existen muchos escenarios planteados, y con fundamentos diversos, pero, definitivamente, los que vienen como producto de los pronósticos científicos son lo que más intriga generan. Lo anterior pone a los principales riesgos para la Tierra en eventualidades astronómicas de grandes proporciones, siendo el Sol y sus transformaciones puntos de especial interés.
Recientemente, fue publicado un artículo en la revista Nature, mismo que resulta de una observación hecha por científicos de distintos centros de investigación estadounidenses. El documento da constancia de cómo un exoplaneta, de características similares a las de Júpiter, fue “engullido” por la estrella de su sistema planetario.
Como tal, el suceso es producto del crecimiento natural al cual las estrellas están destinadas dentro de su ciclo. Por lo mismo, el que este cambio en las dimensiones del Sol tenga lugar no es en sí algo del todo nuevo. Para ejemplo está un vídeo realizado por la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), en el que se puede apreciar cómo nuestra estrella va aumentando progresivamente de tamaño.
¿Cuándo el Sol se “comerá” a la Tierra?
Las imágenes recabadas por los investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), la Universidad de Harvard, Caltech y otras instituciones, dan testimonio del último momento de un exoplaneta. Este, según los registros, fue consumido por su estrella, a consecuencia de la expansión. A sabiendas de las condiciones del Sistema Solar, los científicos calculan que el mismo destino podría aguardar a la Tierra, Mercurio y Venus, por su proximidad al Sol.
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De acuerdo con la publicación de estos especialistas, la fecha en que el Sol se “comería” a la Tierra, y a los otros astros referidos, sería en aproximadamente 5 mil millones de años. Cabe añadir que ese tiempo restante es aún más del que se estima que lleva el planeta azul existiendo.
La expansión de las estrellas ocurre debido a que éstas queman todo el hidrógeno albergado en sus núcleos. Cuando acaban con ese combustible, los cuerpos luminosos comienzan a crecer y transformarse en lo que se conoce como “gigantes rojas”.
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Es debido añadir que la importancia del trabajo en cuestión recae en que ésta es la primera vez en que el fenómeno, del cual ya se suponían sus consecuencias, es observado.
“Este tipo de fenómeno ha sido pronosticado durante décadas, pero hasta ahora nunca hemos observado realmente cómo se desarrolla este proceso”, dijo Kishalay De, autor principal del estudio.
Los especialistas involucrados en el trabajo se valieron de diferentes observatorios terrestres, y del telescopio espacial, NEOWISE, para obtener las imágenes que los llevaron a sus conclusiones.
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