El objeto extraño emite una enorme cantidad de energía cada 20 minutos y según los astrónomos, no se parece a nada visto antes.
Mientras realizaba un mapeo de ondas de radio, un equipo del Centro Internacional de Investigación Radioastronómica (ICRAR) descubrió una fuente proveniente de un objeto inédito, que emite un pulso de poderosas ráfagas de energía cada veinte minutos.
Ubicado a unos 4,000 años luz de la Vía Láctea, el objeto en cuestión no comparte características con ningún otro objeto de espacio profundo conocido hasta el momento; sin embargo, los astrónomos han notado que su señal aparece y desaparece periódicamente y por lo tanto, lo más probable es que se encuentre girando lentamente.
Los objetos que emiten señales periódicas no son nuevos para la radioastronomía y son conocidos como objetos transitorios. Las súpernovas son el mejor ejemplo de objetos transitorios lentos, que aparecen y desaparecen en el transcurso de días o meses, mientras que los púlsares hacen lo propio en segundos o fracciones de segundo y son conocidos como objetos transitorios rápidos.
Cuando una estrella masiva explota, deja un denso núcleo formado por neutrones que da forma a un púlsar. Algunas de estas estrellas tienen campos magnéticos muy intensos que emiten ondas de radio mientras giran, tal y como ocurre con un faro en medio de la noche. De ahí que el equipo del ICRAR sugiera que el objeto en cuestión es un tipo de estrella de neutrones inédita.
Según Gemma Anderson, astrofísica de ICRAR y la Universidad de Curtin, el misterioso objeto era «increíblemente brillante» y más pequeño que el Sol. Además, sus ondas de radio polarizadas sugieren que posee un campo magnético extremadamente fuerte: «de alguna manera, (el objeto) está convirtiendo la energía magnética en ondas de radio de una forma mucho más eficaz que todo lo que hemos visto antes».
El equipo ha definido el objeto como un magnetar de periodo ultra largo y aunque su existencia se había predicho teóricamente, nadie esperaba detectarlo directamente, en especial porque se creía que su brillo era mucho menor.
Después de su descubrimiento, el equipo continúa monitoreando de cerca la fuente de radio para saber si vuelve a aparecer con el Murchison Widefield Array (MWA) un radiotelescopio de baja frecuencia ubicado en el oeste de Australia. En caso de que ocurra, los telescopios similares en el hemisferio sur podrían apuntar hacia la fuente para obtener datos que permitan determinar si se trata de un evento único o bien, si existe una gran población que nunca antes se había detectado.
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