Un vórtice monstruoso se formó en la superficie del Sol y estas son las consecuencias para la vida en la Tierra

El vórtice que nació en el polo norte del Sol emitió un desprendimiento solar que provocó un apagón masivo en América Latina.

La atmósfera solar está en constante cambio. Como tal, cada cierto tiempo se forman vórtices sobre la superficie de la estrella, que genera un fenómeno conocido como desprendimiento solar, que impacta a los objetos en el Sistema Solar. Nuestro planeta recibe estos ‘latigazos’ de energía cada cierto tiempo. De hecho, de no ser por el campo magnético terrestre, la vida como la conocemos en la Tierra sería imposible.

Esto mismo sucedió la semana del 2 de febrero de 2023. Un desprendimiento solar masivo impactó la Tierra, desprendiéndose de la superficie del astro con una fuerza inconmensurable. La cantidad de energía fue tal, que la electricidad se interrumpió momentáneamente en varios países del continente americano. Éstas han sido las consecuencias.

Talk about Polar Vortex! Material from a northern prominence just broke away from the main filament & is now circulating in a massive polar vortex around the north pole of our Star. Implications for understanding the Sun's atmospheric dynamics above 55° here cannot be overstated! pic.twitter.com/1SKhunaXvP

— Dr. Tamitha Skov (@TamithaSkov) February 2, 2023

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Un espectáculo de 8 horas

El Observatorio de Dinámica Solar de la NASA tiene bien monitoreado al Sol. No que ellos pudieran hacer nada si un filamento de energía se desprendiera de la estrella, como pasó hace unos días, para impactar con fuerza a la Tierra. Sin embargo, los astrónomos observan el comportamiento del astro para entender su naturaleza y las posibles amenazas para la vida en nuestro planeta.

En esta ocasión, un tuit de la Física del Clima Espacial, Tamitha Skov, se hizo viral por lo impactante de las imágenes tomadas por la NASA. Desde el polo norte del Sol, un vórtice masivo se formó, emitiendo filamentos de energía poderosos hacia afuera. Todos ellos son propensos a convertirse en tormentas geomagnéticas, que impactan a los planetas del Sistema Solar. En total, documenta la especialista, el espectáculo duró 8 horas.

«¡Vaya vórtice polar!» se asombró Skov desde su cuenta personal de Twitter. «El material de una prominencia del norte acaba de desprenderse del filamento principal y ahora circula en un vórtice polar masivo alrededor del polo norte de nuestra estrella».

En la animación que compartió la científica, se observa claramente como un hilo de plasma —el material del que están hechas las estrellas— emerge del polo norte del Sol. A esto se le conoce como ‘desprendimiento solar’, porque literalmente se está desprendiendo energía del Sol. Es un fenómeno completamente natural y recurrente en la atmósfera de la estrella, y se repite cada cierto tiempo.

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¿Corremos peligro ante los desprendimientos solares?

Ninguna forma de vida que conozca la ciencia podría sobrevivir a siquiera un roce de este tipo de energía. Sin embargo, nuestro planeta está protegido por su campo magnético: una coraza natural que desvía estas partículas de energía solar. De acuerdo con Space, en esta ocasión se clasificó al desprendimiento solar como categoría X-1.

Sin embargo, las consecuencias sí se aprecian en los satélites y otras tecnologías artificiales que los seres humanos mandamos al espacio: ante una tormenta geomagnética, quedan completamente calcinadas e inservibles.

En la historia reciente, han habido ocasiones en las que las tormentas solares sí generan disturbios en las telecomunicaciones terrestres. El mejor ejemplo es el ‘Evento Carrington’, que en el siglo XIX provocó una desconexión potente en las redes humanas.

Más allá de eso, la humanidad puede descansar. Aunque el Sol siga generando vórtices en sus polos, desprendimientos solares y tormentas geomagnéticas, no existe evidencia de que estos eventos sean nocivos para la salud. Tal vez sólo multimillonarios como Elon Musk lloren, al darse cuenta de que sus flotillas de satélites han quedado irreparables en el espacio exterior. Eso sí que es de lamentarse.

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