Después de años de misterio, un equipo de astrónomos descubrió el origen de los latidos del Sol. Todo empieza en sus ‘islas magnéticas’.
El ojo de fuego que nos mira desde el centro del Sistema Solar palpita. Y no: no es que la estrella del sistema planetario tenga un corazón propio, como lo sugieren algunos medios. Por el contrario, el latido detectado sobre el Sol recientemente por científicos del New Jersey Institute of Technology (NJIT) está relacionado con la atmósfera solar.
Aunque efectivamente sigue el patrón de las palpitaciones del corazón humano, este fenómeno se origina con las llamaradas solares. Cada cierto tiempo, de la superficie solar se desprenden grandes cantidades de energía y radiación. A su vez, generan las tormentas geomagnéticas que azotan a nuestro planeta y los demás objetos del Sistema Solar.
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Un palpitar cósmico
Antes de entender el latido del Sol, habría que abordar qué son las ráfagas solares. Están compuestas principalmente de radiación electromagnética, son corrientes de ondas de radio, rayos X y rayos UV. Estas llamaradas salen de la superficie solar hacia el espacio exterior, en forma de «chorros de plasma supercaliente, conocidos como eyecciones de masa coronal (CME)», según los describe Live Science.
De no ser por el campo magnético terrestre, estas llamaradas acabarían fácilmente con la vida como la conocemos en la Tierra. Sin embargo, esta coraza nos protege contra las tormentas geomagnéticas que vienen del Sol, así como la radiación de las galaxias, planetas y otros objetos que existen en el cosmos.
Ahora, las ráfagas solares vienen acompañadas de un latido específico desde el Sol. El fenómeno quedó descrito en el estudio que publicó recientemente el NJIT, en el que describen una serie de «pulsaciones cuasi-periódicas (QPP)«. Según los autores a cargo del estudio, cuando se les vio en un gráfico, se parecían mucho al patrón que genera un electrocardiograma: el diagrama que registra las ondas eléctricas del corazón.
«Estos patrones de latidos son importantes para comprender cómo se libera y se disipa la energía en la atmósfera del Sol durante estas explosiones increíblemente poderosas», explica en un comunicado Sijie Yu, radioastrónomo solar en el NJIT y coautor del estudio.
El origen de estos patrones repetitivos ha sido fuente de amplio debate entre los científicos solares, admite el especialista. Sin embargo, parece que los astrónomos del NJIT parecen tener finalmente una respuesta al respecto.
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Cuando el Sol se rompe
Todo empieza cuando el Sol se rompe. Sí, literalmente: cada cierto tiempo, las líneas del campo magnético del sol se quiebran, como cuando estiramos demasiado una liga. Este proceso desencadena una cantidad gigantesca de energía, que salen disparados en forma de rizos de gas ionizado, o plasma, y radiación hacia el espacio.
El plasma de movimiento rápido crea una corriente, o flujo de partículas cargadas, que corre verticalmente por el centro del bucle de plasma en una lámina delgada, explican los autores en Nature Communications.
Se cree que estos filamentos solares originan los latidos sobre el Sol. A partir de los datos recopilados, los investigadores descubrieron que este patrón viene de una especie de burbujas que se forman en la atmósfera solar, conocidas como «islas magnéticas». Ahora, los astrónomos están intentando descifrar la naturaleza de estas estructuras.
¿Qué tiene que ver el latido del Sol con el corazón humano? Realmente nada: sólo es una manera en la que los científicos ilustran cómo se comporta este fenómeno. Visto de otra manera, es una comparación que hace que este tipo de fenómenos naturales sean más comprensibles a un público más amplio, pero nada más.
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