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La contaminación lumínica es el peor enemigo de quienes disfrutan de perder la mirada en una noche estrellada. Por eso, enumeramos áreas naturales, montañas y reservas boscosas lejos de las grandes urbes que ofrecen algo en común: cielos ideales para ver más estrellas que nunca.
En el límite entre Puebla y Veracruz, el volcán Sierra Negra se levanta como la mejor vista del punto más alto de México, el Pico de Orizaba. No obstante, también es un sitio único en su tipo para observar el cielo nocturno: de ahí que en la cumbre se encuentre el Gran Telescopio Milimétrico Alfonso Serrano, un radiotelescopio de 50 metros de diámetro.
El ascenso es sencillo y las expediciones que acampan en la base son ideales para realizar observaciones astronómicas sin ningún tipo de contaminación lumínica.
Ubicado en el centro de México, el Parque Nacional que alberga al Iztaccíhuatl y el Popocatépetl es uno de los sitios más cercanos a la capital para alejarse de la contaminación lumínica de la megalópolis y levantar la vista a un cielo nocturno impoluto, lleno de estrellas y otros objetos de espacio profundo.
A pesar de que el ascenso al Iztaccíhuatl es exigente y requiere experiencia previa y equipo de alpinismo, existen diversas opciones para acampar alrededor del Paso de Cortés si se trata únicamente de hacer observaciones astronómicas.
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Cuando se trata de buscar las noches más claras y las mejores condiciones atmosféricas para ver el cielo nocturno, no hay un mejor lugar en México que el Parque Nacional San Pedro Mártir, en Baja California.
Con cielos despejados la mayor parte del año, es la sede del Observatorio Astronómico Nacional de la UNAM; sin embargo, es uno de los sitios más famosos del país para astrónomos aficionados, que acuden durante primavera y verano con instrumentos ópticos o bien, con la intención de hacer astrofotografía.
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Uno de los secretos mejor guardados de la riqueza natural de México se ubica en la Reserva de la Biosfera de la Sierra Gorda, un área natural protegida con distintos ecosistemas, que pasan de los matorrales a bosques templados y de niebla en cuestión de kilómetros.
Los campamentos y distintos destinos ecoturísticos de la región son perfectos para ver las estrellas y la Vía Láctea, debido a la distancia entre los pequeños asentamientos humanos a lo largo de su accidentada geografía.
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Enclavado en una región boscosa ubicada en el centro del país, el Parque Nacional El Chico es el hogar de peñascos, presas y ríos con una amplia oferta ecoturística que atrae a decenas de miles de visitantes año con año.
Este destino ofrece toda clase de alojamientos (desde campamentos a orillas de presas, hasta cabañas y hoteles boutique) pero todos tienen algo en común: basta levantar la vista en una noche despejada, para observar una bóveda celeste impoluta, donde las estrellas y la Vía Láctea pueden verse con relativa facilidad.
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