El origen del agua terrestre es mucho más antiguo que el Sol, los planetas y cualquier cuerpo celeste en el Sistema Solar. Esto es lo que sabemos.
Ni el astro principal del Sistema Solar es tan antiguo como el agua terrestre, según las observaciones del radio observatorio ALMA (Atacama Large Millimeter Array), en el Desierto de Atacama, al norte de Chile. De acuerdo con los investigadores, parece ser que el agua que existe en nuestro planeta se originó en el espacio interestelar.
La NASA define a esta región como «el lugar donde el flujo constante de material solar y su campo magnético dejan de afectar a lo que les rodea«, según lo publican en Space Place, su plataforma para infancias. Es decir, el agua que hoy existe en la superficie terrestre se formó mucho más allá de la influencia de nuestro Sol. Así lo descubrieron.
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En una galaxia muy, muy lejana
Aunque parezca increíble, los astrónomos de ALMA encontraron el origen del agua terrestre muy lejos de aquí. Específicamente, en la nube de formación solar que está en V883 Orionis, una estrella en sus primeras etapas de vida que se ubica en la constelación Orión. Este lugar se encuentra a 1,300 años luz de la Tierra y, aún así, podría ser el ‘eslabón perdido’ que explique cómo es que nos convertimos en el Planeta Azul.
Esta estrella joven está rodeada por un anillo de gas y polvo cósmico, dicen los investigadores. Así como sucede en la Nube de Oort, el caparazón que envuelve a nuestro Sistema Solar, eventualmente estos elementos se convierten en asteroides, cometas, planetas e incluso estrellas. En este espacio, lograron rastrear agua en estado gaseoso:
Sólo así, explica John J. Tobin, astrónomo del Observatorio Radioastronómico Nacional (Estados Unidos) y autor principal del estudio, fue posible «rastrear los orígenes del agua en nuestro sistema Solar hasta antes de la formación del Sol».
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De acuerdo con el estudio, publicado recientemente en Nature, la composición del agua gaseosa encontrada en V883 Orionis se parece mucho a la que se ha identificado en los cometas de nuestro propio Sistema Solar. Esto confirma, según los investigadores de ALMA, que el agua terrestre se originó hace miles de millones de años, mucho tiempo antes del nacimiento del Sol.
No sólo eso: parece ser que el espacio interestelar fue quien, hace miles de millones de años, nos permitió tener el recurso vital de nuestro planeta. Quizá es la herencia más importante que hemos recibido del Universo.
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