La actividad humana sería la principal responsable de la alteración que el eje de la Tierra está sufriendo, así lo indica un estudio reciente.
Según un estudio publicado en Geophysical Research Letters, la rotación terrestre se inclinó casi 80 centímetros hacia el este, lo que significa un cambio en el eje de la Tierra.
Los científicos involucrados en la investigación sostienen que esa desviación está principalmente asociada con actividades humanas, siendo, sobre todo, la extracción masiva de aguas subterráneas la causa de mayor impacto.
Con el propósito de aclarar las inquietudes que pueden surgir en torno al tema, consultamos al Dr. Alejandro Farah Simón, miembro del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Programa Espacial Universitario (PEU). Esto fue lo que dijo a National Geographic en Español.
¿Qué es el eje de la Tierra y cuál es importancia?
Los planetas que orbitan una estrella están en constante movimiento, tratando siempre de encontrar su equilibrio dinámico. En esta danza incesable, se dan varias acciones, como son la traslación alrededor de su estrella (o estrellas) y la rotación, o giro sobre sí mismo. Existen otros menos perceptibles: la precesión y la nutación.
El llamado eje de la Tierra es una línea imaginaria, alrededor de la cual gira nuestro planeta. Este movimiento de rotación marca el ritmo del día y la noche. A su vez, los lugares extremos por los cuales pasa el eje se conocen como polos.
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Por otro lado, el movimiento de traslación de la Tierra alrededor del Sol transcurre a lo largo y ancho de un plano también imaginario. El eje de rotación de nuestro planeta está inclinado respecto a este, aproximadamente 23.5 grados. Por esta razón, la incidencia de la energía proveniente del Sol hasta nosotros es diferente cada día del año, razón principal por la cual existen las estaciones. También, la inclinación del eje de la Tierra influye en los patrones climáticos y meteorológicos.
La importancia de estos movimientos de la Tierra es vital para la vida en ella. La constancia y poca variabilidad de dichos movimientos son causantes de las condiciones climáticas, del el ciclo del día y la noche y de las temperaturas que permiten la existencia de seres vivos. Si la rotación de la Tierra cambia, la vida corre el riesgo de desparecer.
¿Se está moviendo? ¿Cómo afectaría eso al planeta?
Naturalmente, y como parte de la búsqueda del balance de nuestro planeta, el eje de rotación de la Tierra va cambiando a lo largo del tiempo. Estos movimientos se conocen como precesión y nutación. Dichos cambios son lentos y paulatinos, llegando a ciclos de miles de años. Por eso, su efecto es poco notorio en los patrones climáticos, dándole a la vida el tiempo suficiente para adaptarse a ellos.
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Sin embargo, la rotación de la Tierra y la ubicación de su eje imaginario podría cambiar por fenómenos externos a los naturales del sistema, tales como impactos de asteroides o cometas de cierto tamaño. Un cambio de la distribución de la masa en la Tierra, que desbalanceé la rotación y obligue a que este eje a oscilar, también es un factor que influye en la alteración. Esto último puede pasar por flujos naturales que ocurren en la Tierra, o bien, por movimientos de grandes masas de agua o piedras de una zona del planeta que la actividad humana realiza constantemente.
Si el eje de la Tierra experimenta un cambio brusco, las probabilidades de una extinción masiva se elevan exponencialmente, pues las modificaciones climáticas resultarían letales para la mayoría de las especies que viven en el planeta.
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