Te contamos lo que sabemos de Encélado, la luna de Saturno que reúne varios factores para albergar vida extraterrestre.
Saturno, uno de los gigantes gaseosos del Sistema Solar, es, al tiempo, uno de los planetas de nuestra región cósmica con más lunas. De esa categoría de objetos astronómicos, de los cuales la Tierra solo tiene uno, el gran astro anillado posee 146. Uno de esos, denominado Encélado, tiene buenas probabilidades de ser otro hogar para la vida en este vasto Universo. ¿La razón? Bajo la corteza de ese mundo hay un océano que, según reportes, está extendido por casi todo su cuerpo.
Ese océano se manifiesta en la superficie a través de erupciones en forma de géiseres. De 2004 a 2017, la misión Cassini de la NASA estudió estas misteriosas regiones de Encélado, y descubrió algo interesante. Resulta que los granos de hielo contienen una rica variedad de minerales y compuestos orgánicos, incluyendo los ingredientes de los aminoácidos, que están asociados con la vida tal como y la conocemos, apunta la agencia espacial estadounidense.
Buenas probabilidades para la vida
Este hallazgo no se veía venir, ya que los ingenieros de Cassini no tenían previsto analizar los granos de hielo que Encelado emite activamente. No obstante, de último momento se decidió instalar en la nave un instrumento que pudiera ayudar a estudiar este punto.
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Fue con ayuda de ese instrumento, que los granos de hielo lograron ser estudiados. Así, los investigadores informaron cómo estaba constituida la composición del océano de Encélado.
“Al igual que los océanos de la Tierra, el océano de Encélado contiene sal, la mayor parte de la cual es cloruro sódico, conocido comúnmente como sal de mesa. El océano también contiene diversos compuestos basados en el carbono, y cuenta con un proceso llamado calentamiento por mareas que genera energía dentro de la luna. El agua líquida, la química basada en el carbono y la energía son ingredientes clave para la vida, explica, en un artículo de The Conversation, Fabian Klenner, estudiante postdoctoral en Ciencias de la Tierra y el Espacio en la Universidad de Washington (Estados Unidos).
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Aunque Cassini llegó a su fin en 2017, luego de que la nave espacial se quemara en la atmósfera de Saturno, los datos que recopiló a lo largo de su trayectoria son de un valor incalculable. Simplemente, en la búsqueda de vida fuera de la Tierra, los científicos ya saben hacia donde llevar la atención.
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