El carbono en Marte se comporta de forma muy distinta a la Tierra y estas son algunas explicaciones propuestas hasta ahora.
A partir del análisis de isótopos de carbono presentes en seis muestras de sedimentos recogidas por el rover Curiosity que proceden de distintas regiones de Marte, científicos de la Universidad Estatal de Pensilvania y la NASA han propuesto tres explicaciones para las “inusuales” firmas de carbono detectadas en el cráter Gale.
El carbono es un elemento indisociable de la vida en la Tierra y forma parte de un ciclo bien conocido; sin embargo, su presencia en Marte podría no estar relacionada con procesos biológicos, sino con explicaciones alternativas a la vida, como el polvo cósmico o la degradación ultravioleta del dióxido de carbono:
“Estamos realizando hallazgos en Marte que resultan tentadoramente interesantes, pero necesitamos más evidencia para decir que hemos identificado vida. “Así que estamos investigando qué más podría haber causado la huella de carbono que estamos viendo”, explica Paul Mahaffy, investigador principal del laboratorio de química Sample Analysis at Mars (SAM) del rover marciano.
En un artículo científico publicado el 18 de enero en Proceedings of the National Academy of Sciences, los científicos de Curiosity esbozan tres posibles explicaciones para el origen del carbono:
La primera hipótesis se basa en la biología terrestre y sugiere que una serie de bacterias antiguas en la superficie marciana produjeron una firma de carbono única mientras liberaban metano a la atmósfera, de modo que la luz ultravioleta degradó el gas en moléculas grandes y complejas, que llovieron en la superficie y ahora conservan su firma en las rocas marcianas.
La explicación biológica que los científicos de Curiosity presentan en su artículo está inspirada en la vida terrestre. Se trata de bacterias antiguas en la superficie que habrían producido una firma de carbono única al liberar metano a la atmósfera, donde la luz ultravioleta habría convertido ese gas en moléculas más grandes y complejas. Estas nuevas moléculas habrían llovido en la superficie y conservaron su distintiva firma de carbono en las rocas marcianas.
Otra posible explicación se basa en una nube de polvo cósmico: esta teoría se vale de la idea de que cada 200 millones de años, el Sistema Solar atraviesa una nube molecular galáctica que en su último tránsito por los planetas interiores, provocó una disminución de la temperatura en el Marte antiguo, un mundo muy distinto al contemporáneo, donde aún había agua.
Este descenso de la temperatura provocó la aparición de glaciares donde se depositó este polvo cósmico, mismo que dejó una capa de tierra que incluye el carbono encontrado por Curiosity.
Y la tercera hipótesis parte de la conversión ultravioleta de dióxido de carbono en compuestos orgánicos, como el formaldehído. Si bien los autores afirman que «existen trabajos que predicen que los rayos ultravioleta podrían provocar este fraccionamiento», se necesitan más resultados para aceptar o descartar esta alternativa.
Sea cual sea la respuesta, los autores apuntan a que se trata de «un ciclo del carbono inusual, que no se parece en nada al de la Tierra en el presente».
Lanzado en noviembre de 2011, Curiosity es el rover marciano predecesor de Perseverance y recorre el planeta rojo desde agosto de 2012 con el objetivo de estudiar el clima y la geología marciana, además de aportar las primeras pruebas que permitan dilucidar si existió vida microbiana antigua en él.
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